He conocido a Mario. Él no sabe cuál es el motivo del viaje de su abuelo. Han cruzado la cuidad. Mario está confuso, pues su abuelo carga una maleta. Se estacionan en una calle. El abuelo, el padre y el chiquillo, descienden. El anciano besa a Mario y camina hacia una gran casona arrastrando los pies. Mario y su padre han llegado a casa. Mario ha entendido. Se dirige al garaje, para luego subir al cuarto con un bolso, pero antes de hacerlo, su padre le pregunta: “¿Qué harás con eso?”. Secamente, Mario responde: “La guardaré para ti”.
2 comentarios sobre “Los adioses de papel.”
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Muy educativo, espero que tras esto, el padre volviera a recoger al abuelo como un rayo.
Me están encantando tus pequeños relatitos. Todos muy buenos.
Tuve la suerte de convivir con mi abuela hasta que murió, siendo yo muy muy joven, y posteriormente con mi madre, también hasta el final. A veces puede ser bastante duro, pero, cuando ellas desaparecieron, las eché tanto de menos… y las sigo extrañando.
Mario ha entendido perfectamente. Ojalá siga manteniéndose igual.
Besos, Yopis.