La zona más escabrosa de Madrid-Madrid es la que, genralizando, la llamamos La Ballesta y que se extiende desde los últimos metros de la calle Preciados hasta la misma Plaza de España pasando por todo lo largo y ancho de la Gran Vía (la cual está hecha un verdadero asco en las últimas décadas). Pero el núcleo más peligroso de esta zona de la prostitución más baja de Madrid-Madrid (pues es de pésima calidad sus servicios) es la calle Valverde y el laberinto de calles estrechas y oscuras que son adyacentes a ella. Las prostitutas se exponen al público a todas las horas de día, agrupadas en corrillos y siempre vigiladas por sus “chulos” y sus “celestinas” pero cuando cae la noche esto es un infierno de tal calibre que los vecinos sanos y sencillos de la zona (que suelen ya ser muy viejos pues sus hijos se marcharon a vivir a los pueblos vecinos de Madrid-Madrid) ya llevan varias décadas reclamando e insistiendo ante las autoridades del Ayuntamiento y la mismísima Policía Nacional que desalojen definitivamente a las prostitutas de esta zona.
Inútil esfuerzo porque entre los muchos “chulos de prostitutas” que existen en esta zona hasta hay alguno (y me refiero a una ínfima cantidad) que es policía o concejal del Ayuntamiento y por eso paran los trámites de desalojo de las “prosti”. Bien. El caso es que es una muy famosa zona de Madrid-Madrid y los madrileños “ballesteros” no hacen más que contagiarse de enfermedades venéras por no hacer caso de los avisos que se les dan continuamente a través de campañas disuasorias y propaganda de los medios de comunicación de masas. Pero eso pasa con la Democracia… que la masa sólo es masa y (mayoría o minoría que eso no viene a cuento discutrilo aquí) pasan de todas las sanas recomendaciones y luego viene lo que viene… que hasta alguno de ellos descansa ya, en plena juventud, en el Cementerio de La Almudena o en el Cementerio de San Isidro. En esta zona, !cómo no!, votan al PSOE porque el PSOE es muy permisivo con esta clase de vicios (además de protitución hay borrachera y drogadicción y por eso por las noches arman tales “broncas” que los vecinos de la zona no pueden dormir). Los del PP critican mucho esta permisividad de Zapatero que se hace el “longuis2 cuando se habla de este tema que, por cierto, algunas veces sale en televisión.
Paso ahora a tratar de los madrileños “aluchinos”. Son los que viven entre El Batán y Aluche, muy cercanos a los del Alto de Extremadura. Son madrileños bastante típicos ya que suelen ser en su inmensa mayoría de clase media pero bien media. De estatura no muy altos ni muy bajos, tampoco son ni muy gordos ni muy delgados,. Estamos entonces ante unos madrileños (estos “aluchinos” que también podriamos decir madrileños “medios”. La mitad vota al PSOE y la mitad vota al PP. En su “medianía” tan completa tienen una cultura media y en deportes practican deportes “medios” como el baloncesto, el ciclismo y la natación. No son extremistas y se pasan el ocio de la mejor manera que pueden. Muchos de ellos son más bien de “cañas de cerveza”, hay algún que otro aficionado al “botellón” pero estos ya están siendo casi asimilados y gustan de ir a la Casa de Campo a escuchar a los cantautores y cantantes cuando llega el verano porque les sale gratis. También se ditraen mucho en el cercano Parque de Atracciones donde lo que más les encanta es vivir sensaciones fuertes con “el tobogán ruso”. Por otra pate suelen echarse la siesta y, aunque no son castizos, tiene un lenguaje madrileño “medio”. En resumen los “aluchinos” son “medios” en todo.
Termino ya este Ensayo Sociológico de Madrid-Madrid con los madrileños que, durante la época de Franco, fueron los más alegres y felices porque no se metieron en ninguna clase de ideologíaS políticas y vivieron al margen de los recuerdos de la Guerra Civil. Son los que viven en las calles Alcalde Sáinz de Baranda, Doce de Octubre, Ibiza, Menorca, Narváez, Doctor Castelo y otras y sus límites son: al norte Goya, al sur el Barrio de Nazaret, al Este Doctor Esquerdo y al Oeste la Puerta de Granada del Parque del Buen Retiro y la Avenida Menéndez Pelayo. Se les puede considerar, por lo tanto, madrileños “alegrotes”. Fueron los más divertidos y alegres de aquella época y se dividen en tres clases: media-alta, media-media y media-baja. Siendo más bien izquierdistas con otros más bien derechistas, convivían juntos en los bulevares y, mientras los padres iban al Cine Alcalá, Saínz de Baranda, Ayala, Rex, Narváez, etcétera, las abuelas se reunían en dichos bulevares al frescor del atardecer a escuchar radionovelas como “Ama Rosa” y los niños y niñas jugaban por las calles sin ninguna clase de temor. Las abuelas los sacaban a pasear algunas veces al Retiro y otras veces a la Parque de la Fuente del Berro. Cuando llegaban las fiestas feriales todo el barrio se llenaba de casetas de juegos y atracciones varias (como el famoso Tren de la Bruja) y se lo pasaban “pipa” tirando con las “trucadas” escopetas de perdigones o pescando regalos sorpresa en patitos de plástico. Además, en los veranos siempre venía el melonero a dar ambiente a la zona que, por cierto, estaba llena de quioscos callejeros de pipas y caramelos y quioscos de prensa variada y para toda clase de ideología. Tiempos en que se pregonaban los diarios a viva voz, en que se crecía entre amor y alguna que otra “zapatiesta” sin mayor importancia. Eran, en su mayoría, moderadamente religiosos y acudian a la Iglesia de los Sacramentinos más por pasar el tiempo fresco en los tiempos calurosos y calientes en los tiempos fríos. Muy adictos a comprar en tiendas pequeñas y en el Mercado de Ibiza. Tiempo de chamarileros, afiladores, titiriteros, gitanos ambulantes, colchoneros, faroleros, serenos, carboneros, regadores… oficios todos ellos ya desaparecidos ahora que el barrio ha aumentado mucho su “parque automovilístico” y ya no se puede jugar al balón en las calles. Su Banco preferido era y es el Santander donde guardaban y guardan sus pequeñas cantidades de ahorros conseguidos en base a “la sangre, el sudor y las lágrimas” como dijo Winston Churchill. Esta zona era muy alegre por una razón que fue, durante mucho tiempo, un enigma ya descubierto: vivían allí el Viejo Maestro y el Niño Poeta. Pero el Niño Poeta, al llegar a la adolescencia abandonó la zona que comenzó a entrar en una clase de rara melancolía y el barrio comenzó a ser más bien tibio aunque les consolaba la presencia del Viejo Maestro. Mas el Viejo Maestro murió hace unos pocos años y ahora la zona es más bien de temperamento sociológico “frío” aunque quedan los recuerdos. Algunos han visto alguna vez al Niño-Poeta, ya hombre, pasear alguna vez por allí para recordar él también. De ser los madrileños “alegrotes” ahora han pasado a ser los madrileños “nostalgiotes”. Pero viven bien y sin grandes problemas siendo, hoy en día, más de derechas moderadas. Anclados en los recuerdos del pasado los más veteranos de ellos están como en una edad “sin tiempo” y los más jóvenes sólo saben de aquellos tiempos a través de las narraciones que les escuchan a los más veteranos. Había algunos tipos “mitificados” pero no los cito porque entre los de la zona existían ciertos “grupúsculos” de niñatos que se burlaban de ellos. No los cito pero los recuerdo con cariño. Aunque hoy en día la mayoría son del PP también hay grupos del PSOE. Sigue existiendo una gran cantidad de bares en la zona donde acuden a tomar los aperitivos y los clásicos pinchitos madrileños. Ni el Viejo Maestro ni el Niño Poeta tuvieron ninguna clase de ideología pues eran completamente “ideálogos” y bohemios libres. Hoy, por las noches, ya no salen a vivir la vida en las calles y se refugian en sus viviendas (muchas de ellas ya reformadas) para ver películas de la tele y videos y jugar con el Internet. El tiempo pasó… el tiempo los transformó… pero el tiempo siempre les dejó el recuerdo…
FIN