Lírico

Nada quiebra el paso lento sobre Nada.
La hierba y la escarcha saben de madrugadas sentidas,
de corazones líricos ardiendo de silencio.
Una rosa púrpura sobre los pies de cualquier estatua.
Han mutilado las palabras calladas de la Nada: de nuevo.
POr amor todo sucede hasta el mismo límite del abismo.
¿Quién supo de amor? Nos fue dicho.
Preguntado el corazón, se transformó en un lírico río,
flujo de palabras, de sudores, de pasos secos entre madrugadas frias.
Hay nostalgia de un continuo ser doliente.
Ser, entre los jardines callados que nada saben de amor.

Y cada día muere la aurora, de pálidos dedos,
y tú me dejas entre densidades de espuma,
y yo calló entre lágrimas vencido
y el murmullo de mil pasos derrumba mi sueño.
La contraseña se despeña como en tango lento y mórbido.
Se van las horas…y tras ellas,
creo sentir los acuáticos pasos de Virginia Woolf.

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