Cuando volví a ver el mar,
aquel verde y dulce
mar, seguía allí,
igual que siempre.
Arrastrando las olas
cabalgando a la
espuma, que blanca,
cubríalo todo, eternamente.
¡Ah, océano!,
salado corazón,
marea incansable, pintada por el cielo.
Alegre escultor de rocas,
en un ir y venir de tus aguas
rompiendo, sempiterno.
¡Abrázame a la melodía
de tu cantar!
Al sonido de tu brisa
de recuerdos, de sal…
El siempre pintado y admirado mar de los recuerdos… ¿quién no ha sentido alguna vez en la vida poder conocer los inmensos secretos del mar?. !Salado corazón!. Es verdad. Corazón siempre cantado por los mejores poetas.