Hoy por suerte escribo desde la serenidad y las ganas, desde la vitalidad, pero hace un año escribía desde el desasosiego por una historia que ahora percibo como basada casi exclusivamente en mi deseo…
Muchas letras trataban de calmar mi alma, letras que nunca llegaron más allá de mí…hoy comparto con vosotros…, desnudo mi forma de sentir y reflexiono desde la distancia…, valorando el ayer tanto como el hoy…
Hoy me dueles, y me desconcierta este dolor y esta ansia, y me desconciertas tú. Como cada día, me enfrento a este yo que te desea, a ese tu que intuyo, a esta necesidad de emoción que no se si es tuya, o de ti, a esta necesidad de calor en mi alma.
Y por la fuerza aprendo contigo a contener mi emoción, a no expresar lo que mi yo ha dejado desbocar, con la incertidumbre de expresar a momentos dudas razonables que destruyan lo todavía no construido, con la certeza de tu emoción que existe, aunque sólo de tu corazón adentro.
Esperar una llamada que no se si llegará, y no se si será mía, o será nuestra, qué difícil despertar el alma de quien la tiene dormida, y dar tiempo a una emoción que quizás no se siente, que quizás no se sienta…
Y siento calor en tus ojos y frío en tus gestos, y dulzura en tu voz y temor en tus palabras, veo tus ganas y también tu angustia…
No se si me empeño en sentir, en querer, en disfrutar de una emoción que duele y que quizás no tenga dueño, en buscar la mano de quien la tiene guardada, en ver de cerca a quien se encuentra lejos, en querer a quien ya quiere…
Siento que cada paso que doy, que no contengo, te aleja más de mí, con la duda de que si contengo mis pasos quizás me detenga en el camino…
Y en esos contenidos pasos que das por las cercanías y las distancias es tu relato una especie de sentir dentro del querer y aún más allá, dentro de la conciencia de las dudas. Toda querencia produce dudas y toda duda produce un ser profundo como se expresa en el contenido de tu texto. Besos y adelante, Noelia.
Desnudar historias personales es hacernos raíz en las emociones. Te felicito.