Me gusta el silencio

Me gusta el silencio. Es siempre objetivo. Carece de inventadas emociones y te deja ver lo que en realidad es el tiempo. No puedes jugar con él. No caben demasiados diálogos. Nunca aprendió a hablar y quizá jamás lo haga. Me gusta sentirlo vivo; que nadie le haga de más o de menos. En su justa medida es lo que es y punto.
Darte cuenta de que escribes en silencio, de que tus palabras son impulsos eléctricos,que nadie inquieta lo que digas. Pero entonces firmas un pacto con ese silencio y vas cayendo entre sus redes poderosas y callas y te ausentas y no dices nada. Una vez más se aprende que el verdadero valor es muy escaso, que toda euforia luego se desvanece, que puedes seguir una eternidad diciendo y diciendo y nunca hallarás ese pacto de silencio con el que sueñan los sabios, o en el que se encierran los niños.

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