Anda escondido El inconsciente
No veo
Los mayores muchas veces decían:
¿Quién ha sido?
¿Quién robó?
¿Quién se esconde?
¿Quién fue?
¿Quién? ¿Quién? ¿Quién? ¿Quién? ¿Quién?
Culpable, culpable, culpable… soy yo.
mi “conversación diaria conmigo misma”.
Desde los 3 hasta los… mi conversación diaria.
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. No quieres que te quieran
Haces punto
Haces ganchillo
¡Y no quieres que te quieran!
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– ¿Qué buscas? pequeña saltamontes ¿Qué buscas en estas tierras desérticas?
– No sé lo que busco, lo último que recuerdo es que buscaba algo, pero no sé el qué.
– ¿Estás perdida, pequeña?
– Sí. Creo que sí.
– ¿Y qué sientes?
– Creo que no lo sé. Depende quizás del momento.
– ¿Sabes lo que estás haciendo?
– …mmm… no estoy segura.
– Pues, sea lo que sea, lo estás haciendo muy bien.
– (Gracias. Gracias. Gracias. Gracias)
No interrumpas nunca el diálogo contigo misma. ¿Quién te va a entender mejor?
Así se va profundizando al interior, que a tantos horroriza.
Sigues teniendo una literatura muy original, Marianela. Eso es síntoma claro de persona definida en algunos conceptos elementales. Bien. Estar perdido a veces en este no saber lo que estamos buscando es señal de que te encuentras en el camino. Adelante. Gracias a ti por tu espontaneidad.