Las Cruzadas no sólo fueron un fenómeno medieval. Estamos ante las nuevas cruzadas, ante los intentos de acumular números y cifras para confirmar una hipótesis: el poder de la Iglesa Católica, sigue siendo una poderosa constante. No pienso en negativo. El sentimiento de respeto por quienes acudan a Colonia es absolutamente total. Visto desde fuera, desde esta abligada visión global, se mezclan muchas contradicciones y se espera que las respuestas de los “viajeros” sea del todo satisfactoria.
Siempre he vislumbrado un cierto fogonazo de “histeria visionaria” en la juventud. Creo que no es nada peligroso, pero cuando se trata de pastorcitos de Portugal o de Indiecitos mexicanos o de…entonces me lo pienso dos veces. Es indudable que en Colonia se espera un milagro. Desconozco la naturaleza del tal hecho, pero intuyo que en el fluctuar del presente Papa de Roma, el acercamiento a la juventud es garantia de cerrar filas, de dar salida a la nueva Cruzada contra el Maligno y retroceder en las “neurosis” hasta convertir la infinita grandeza de lo creado en un manualito en el que hay que colocar una cruz al finalizar el día en cada acción en contra de la Causa.