Nadie

Nadie. Ya no queda nadie en el paraíso mental de nuestras materias psíquicas. El tiempo no borra nada. El tiempo, al revés de lo que creen hacernos pensar los falsos dioses de la literatura, no borra absolutamente nada. Es por eso por lo que tenemos copias exactas de todos nuestros bagajes culturales. Absolutamente de todo desde mis 9 años de edad cuando, de repente, el gato de Honorato se cruzó entre mis redacciones escolares y un poco de imaginaciones más…

La vida es, ahora, un fluorescente fluir coetáneo de hermosas primaveras etarias. Si. Sólo 16 son los años de tu Sueño. Solo 18 los de mi Realidad. Decididamente me gustan tus claveles rojos señalándome que soy tu arboleda florida.

Dieciocho años tengo enhebrados en esta enredadera de pensamientos convertidos en literatura para afirmarte que soy un escritor anclado en el pentagrama de un triángulo esencial formado por los vértices de Madrid (alba del hospital de nuestras necesidades), Segovia (viaje iniciático en nuestra etapa primaria) y Murcia (tangente unificadora de tu cuerpo y el mío en esta playa donde todo está ardiendo en llamas junto a tu cuerpo).

Nadie. Nadie jamás podrá evitar que tú seas la heroína de mis libros…

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