Ángel negro

Un día como otro cualquiera comenzó la historia de un personaje con no mucha diferencia a cualquier otra persona del mundo, relativamente. Una historia, que al contrario de las que nacen con una nueva vida: un nacimiento. Comienza, con un final: dramática muerte. Así da comienzo la descripción de lo impensable, haya donde la imaginación y la magia se pierden.

Pero antes de ese extraño comienzo, nos situaremos en el final que da comienzo a una nueva simbología del principio. Un entrante para mostrar esta historia, mi historia.

Helrick es mi nombre, o por lo menos el del recuerdo de quien fui, era un hombre de carácter robusto, había sido criado en las islas Canarias, en medio del Atlántico por una familia un poco fuera de lo común, con un padre especializado en medicina quirúrgica y una madre delineante.

Fundamentado por una fe en lo ilógico e indemostrable, debido a las creencias religiosas de una madre, que no se dignaba a ver lo que las ciencias avanzadas de la época se empeñaban en mostrarle y por un padre que por el contrario había luchado siempre por no creer ciegamente en nada, dado que esto daba poder a esa persona o cosa en la que se creía, un poder tan grande como grande fuese esa fe. Pero en conjunto, unos padres que daban todo de si al mundo, cada uno por sus distintas razones, pero cada uno con el convencimiento de que, una vez sentadas las bases de uno, para seguir con otras nuevas, había que ayudar al prójimo a sentar las mismas en el. Así se crió Helrick (perdónenme si esta parte de la historia la cuento en tercera persona, pero hace tanto de aquello, que lo cuento como un lejano recuerdo, como una historia que ya no me pertenece…), creciendo con fuerte formación moral y aunque acomodado por la riqueza de su familia, empeñado en saber vivir en una mala posición y saber situarse en el lugar del más desfavorecido.
A sus recién cumplidos 23 años con una carrera de labor social a punto de finalizar, ejercía labores humanitarias por todo el mundo, ayudando a moribundos heridos en guerra y luchando por los derechos civiles, así fue querido por muchos y se entrego plenamente en su vida a luchar contra un sistema político conocido por la mayoría de masas del mundo y expandido por los políticos depravados que lo ejercían como “perfecto”, dada su gran dedicación a esta labor, no tubo muchos amigos y los uso como un mero punto de apoyo durante pequeñas temporadas y en las situaciones más criticas, ya había aprendido a ser frío en contradicción con la forma temperamental adoptada de su madre. Y tampoco pudo tener una pareja estable en su vida, pues tuvo incontables fallos y era demasiado apasionado para su época, a la vez que tímido, una mezcla que no le permitió llegar muy lejos. (La única pareja que tuve murió al acompañarme a una expedición en Guatemala, después de cumplidos 5 años con ella)
Ayudando e incluso luchando en una de tantas guerrillas a las que había asistido, acompañaba a un grupo de guerrilla dirigido por un comandante en un pequeño pueblo de Sudamérica, que tubo la poca fortuna de caer en el punto más critico en una fecha tan señalada como la Navidad, contra la presión ejercida desde el exterior, por un pequeño ejercito de otros compatriotas Sudamericanos, pero que habían caído en la tentación de dar a los grandes países lo que ansiaban, con lo que supuestamente ellos lograrían ciertas recompensas, para mantener unas vidas con una dignidad mínima.
En una expedición de reconocimiento en el campo enemigo, Helrick fue capturado, por lo visto, a pesar de la poca importancia que se daba a si mismo como persona, en un mundo tan grande y con tantas diversidad de gente, a él, los países más destacados le reconocían como uno de los rebeldes que podían traer mas desorden a su organización política mundial.
Esa noche, lo torturaron tanto a el como a toda la tropa que junto a él iba, los mas débiles sucumbieron y firmaron un pacto en el cual aseguraban irse voluntariamente del país y además fueron psicológicamente amenazados si no empezaban a creer en el régimen político “perfecto”. Tan solo él y el general se negaron rotundamente. Poco tiempo después, fueron asesinados.

Así comienza una historia al final de una vida con su propio rodaje, si, según mi historia de una persona con un corazón tan grande y una mente tan inocente surge un mundo después de una vida, un mundo en el que los sentimientos así como cualquier preocupación pasan a un plano superfluo, para que las almas desgastadas en la vida puedan reposar de una manera hasta cierto punto placentera, pero sin ninguna razón de ser. Después de que sintiese como en tantos sitios había escuchado, su vida pasando por su mente en imágenes y por su corazón como sentimientos, que con cada latido aceleraban y cambiaban de escena como de sentimiento, y entonces una barra de acero con la punta afilada, le penetrase, pasando desde su ano a lo más oculto de su cuerpo y rompiendo todo su esqueleto hasta atravesar su cráneo y dejar su cuerpo totalmente mutilado. Entonces, fue cuando vio todo blanco, una luz cegadora, al contrario de lo que el pensaba, quien imaginaba un momento de verdadera oscuridad engulléndolo antes de pasar a la nada, la falta de todo y la no existencia.
Pero, abriendo los ojos ante aquella cegadora luz, se encontró ante un mundo totalmente distinto, lleno de cosas que solo en sus sueños pudo imaginar si alguna vez lo hizo.
Un mundo que como averiguaría en otro apartado del tiempo eterno que permaneció en él y no aparece en esta historia, descubriría tenia esa forma y no otra abstracta, para complacer los deseos más audaces de los que allí permanecían. Todos y cada uno de los que poblaban aquel lugar tan precioso, en el que todos estaban de acuerdo, era perfecto, pero sin embargo era distinto para cada uno.
Lo que Helrick vio al levantar sus cansados parpados fue a los habitantes del lugar como ángeles, todos los que le rodeaban tenían aspecto de seres humanos alados, con unas auras que les rodeaban el cuerpo, todo en ellos era luz, blanca luz, mas sin embargo esta aura transmitía una sentimiento melancólico casi agonizante, el sentimiento que solo pueden tener los que han vivido demasiado, lo suficiente para ver morir todo lo que aman… poco después se dio cuenta de que el también desprendía ahora esa aura pero no tan brillante ni con ese carácter agonizante, estos seres, al contrario que en las historias que le contaran acerca de ese cielo brillante y blanco, estos, caminaban sobre nubes grises con un tono azul marino, como las de una tormenta que avecina un buen chaparrón y en algunas de las áreas incluso se apreciaba la electricidad circular por la superficie de este nuevo terreno. Pasó indefinido tiempo contemplando este panorama, pero cuando ya no pudo controlar su perplejidad, fue al subir la mirada, y comprobar que sobre sus cabezas un cielo oscuro como el más negro azabache contenía innumerables estrellas que resplandecían tan potentes como llamaradas y tan cercanas como si del fondo de una casa se tratase.
Siempre había mirado el cielo en las noches más adecuadas para observar las estrellas y contemplar incontables constelaciones pero en este cielo las constelaciones cobraban vida al paso de su mirada, en una de ellas se quedo parado en seco mientras su mente se situaba en la estancia de la misma constelación.
No sabría definir con exactitud cuanto tiempo estuvo en ese estado de trance… Quizás minutos, puede que horas o tal vez fueron años… solo puedo decir que hasta que no llego “él” no pudo despertar… supongo que en su mundo anterior, el de los vivos, lo llamarían: Dios. Pero lo cierto es que se hace llamar “Somnus” palabra del latín, que significa: Sueño.
(De esta manera nací o resurgí como le llamo yo, aquí empieza mi verdadera historia) Él es el jefe de aquí arriba, cuando me miró con su fría mirada, su clara superioridad y su aire tranquilo, me heló el alma, es como si nunca hubiera tenido un problema, como si en su ser solo albergara felicidad, y pude ver como antes sus ojos habían pasado todo tipo de experiencias, había visto las más espeluznantes catástrofes y las más inmensas guerras, sin embargo no dejaba de tener ese aire tranquilo e imperturbable, me sorprendió helándome la conciencia, lo único que aun me quedaba intacto, y me dijo así: -Tienes un don, pocos pueden ver lo que tu has visto hasta haber pasado más tiempo aquí, no temas, pronto conocerás todo, aprenderás a ver el dolor como lo más natural en ese otro mundo que has dejado atrás y las guerras no serán mas que las disputas salvajes con las que esos pueblos solucionan sus triviales problemas.-
Inmediatamente me quede atónito, tampoco se cuanto tiempo permanecí así, nuevamente, solo su voz me despertó de mi angustioso letargo. –Tranquilo, no tengas miedo, ven conmigo y te mostraré todo lo que necesitas saber… Le contó como funcionaban las cosas por ahí arriba…- Me dijo.
Era maravilloso, mientras caminábamos y me hablaba, mi perplejidad iba en aumento… Al terminar, descubrí que no me gustaba como funcionaban las cosas por ahí. Según decía era como ir a trabajar, el suministraba un lugar que se adaptara a las necesidades de todos, “perfecto” hasta en la más insignificante de las observaciones, pero a cambio, exigía una serie de servicios… (Esa palabra aun me ponía los pelos de punta “Perfecto”, enseguida supe que fuese al mundo al que fuese la manipulación estaría presente) Igual que un “cielo” también había un “infierno”, que según unas normas… intentaba llevarse a las almas que no hubieran obrado bien, no hay una lista determinada como los católicos creen, pues no todos creen en la misma religión eso crea grandes conflictos entre el “bien” y el “mal”, pero el trabajo consistiría en que tendría que defender a algunos protegidos de Somnus junto con todos aquellos que había visto como ángeles.
Pronto descubriría que aquel asunto iba a agradarme menos de lo que yo pensaba, no esperaba encontrarme un mundo nuevo, y mucho menos una especie de cielo, siempre me había volcado en notaciones científicas, para mi todo aquello era un mal sueño del que para despertar debería estar en vida… pero no fue así… allí el tiempo corría sin demora pero sin producir cansancio, caminaba por aquellas nubes como quien camina por la tierra en búsqueda de algo, no se sabe el que, que atrajese mi atención, experimentando cosas… cosas como volar, la sensación de sentir el viento en la cara era tan agradable, todo en aquel lugar era maravilloso, pero noté en las acciones de la gente que pasara cuanto pasase el tiempo, nadie paraba de sentir, sumidos en sentimientos agradables nadie dormía no lo necesitaban, ni yo tampoco. Comencé a preocuparme, así que decidí no dejarme llevar por aquel ambiente que intentaba consumirme en la felicidad. Largo tiempo paso desde aquella conversación con Somnus y no volví a verle, hasta que un día en un vuelo, se me apareció. Por lo visto se había dado cuenta de cuanto me gustaba volar, normalmente los de allí preferían caminar. Dijo que era como un chiquillo cuando empieza a caminar, que pronto me cansaría pero que por el momento le venia bien. (No lo comprendí hasta que prosiguió)
-Necesito de tus servicios, pero antes te amaestrare en el arte de volar y te explicare como van las cosas por aquí arriba, no solemos luchar como estas acostumbrado-
Desde entonces en adelante me dijo que fuese donde las nubes rebozaban de electricidad cuando la estrella más brillante estuviese en el centro del cielo.
(Allí siempre era de noche el aura que desprendíamos cada uno bastaba para iluminarnos y la luz de las estrellas, esa suave luz que me acariciaba el rostro cuando más solo me he sentido)
Seguía sus indicaciones cada vez esto pasaba, el tiempo allí era inmedible sin dormir sin día sin objetivos que alcanzar, era insoportable, después de mis primeras clases ya ansiaba volver con él solo por el hecho de tener un deber.
Me sorprendió cuando le vi en mi primera clase, era como si de repente me diese cuenta de sus rasgos, de su descripción facial, su cara no era ni de joven ni de anciano… su barbilla estaba suavemente pintada con una barba de color plateado, sus ojos eran azul eléctrico su piel era blanca como el papel y desprendía más luz que la de ninguno de los otros habitantes de este paradójico mundo. Nuevamente leyó mis pensamientos cosa que advertí, una sensación poco agradable, es como si violaran tus secretos más íntimos.
-Tu aspecto también a cambiado, si recuerdas que estas muerto sabrás que no es tu cuerpo lo que manejas ahora sino tu alma.- dijo con total tranquilidad.
De repente el recuerdo de mi muerte perturbo mi mente, nada mas deshacerme de este busque un lugar donde ver mi reflejo, al llegar allí había dado por sentado que era el mismo solo que con alas y un aura distinta, era difícil encontrar tu reflejo en aquel lugar, no pude ver ni un solo espejo o algo similar, ni siquiera agua… cuanto añoraba el mar… era mi pan de cada día en aquel mundo ya lejano de mi vida actual… inmediatamente Somnus me indico que solo tenia que desdoblarme para poder verme… supe que había vuelto a hurgar en mi mente, pero esta vez sin que me diese cuenta. No le entendí, esto no necesito leerlo en mis pensamientos, mi rostro denotaba gran confusión, así que prosiguió a explicármelo.
-Aquí no somos seres humanos ni estamos sucumbidos a sus leyes, la física y la química poco sentido tienen aquí, al igual que la biología, más sentido tendría que pensaras en este lugar como el sueño de tu mente, la obra maestra de las composiciones, el mejor de los escritos… tienes, como lo llamarías en otras circunstancias, ciertos poderes, este es uno de ellos. Tenéis la facultad de dividir vuestro cuerpo en dos, solamente observa un punto e intenta desear estar allí con todas tus ganas, pero no muevas ni un dedo-
Así lo hice, la primera vez no funcionó tenia en la mente la estúpida idea de que serian como superpoderes… La segunda vez deseé poder verme desde justo enfrente de mí… En este punto mi asombro no daba para más, acaba de romper las barreras de lo lógico y más allá ahora mi mente también acababa de renacer, en un mundo donde todo era posible. Estaba en dos sitios a la vez pensando al mismo tiempo, mi primera sensación fue de tener algo de mareo, la siguiente quedarme totalmente atónito ante mi nuevo aspecto, no era yo… Me mire desde mis dos yo por si acaso el desdoblarse creara otra persona distinta a mi con mi ser dentro… pero no, los dos éramos exactamente iguales, en este momento lo único que podía haber supuesto de mi aspecto era mi camisa y pantalones blancos y transparentes como un aire de nubes… mi cuerpo era… (Da rabia decir una frase que uno mismo considera imperdonable…) PERFECTO. Era tal como me hubiera gustado ser, un cuerpo físicamente preparado para cualquier cosa, una tez pálida y brillante como las piedras preciosas, cara de rasgos afilados, unas uñas perfectas y brillantes, una dentadura con la colación de la que pocos entre los vivos podrían presumir, mi boca era la misma… supongo que nunca he estado descontento con ella… labios gruesos pero bien repartidos, alargada por lo que ni parecen tan gordos, y por último y lo que más me impresiono, los ojos… unos ojos verdes como esmeraldas, amarillos como el sol al alba y azules como el mar más limpio, todo en uno… predominaba la mezcla entre verde y azul, y todos ellos con un brillo eléctrico increíble… pero no solo mis ojos me llamaban la atención, toda mi vida había sido un chico de pelo castaño, pero con un alma oscura como pocas… ahora, mi pelo era rubio, rubio dorado, como el mas resplandeciente y en una pequeña melena de la que no había sido consciente hasta ahora.

3 comentarios sobre “Ángel negro”

  1. Tienes expresividad propia, personalidad propia para escribir de la manera que tú mismo eliges. Se ve en tu relato que planteas un tema mistérico lleno de muchas complejidades anímicas pero expresado con interés y definiciones muy concretas. Bienvenido a Vorem.

  2. Bueno, empezaré diciendote que veo malo. Lo único que corregiria en algunas ocasiones es cuando empiezas a dar vueltas con las ideas del personaje y no veo un punto en tres lineas. Lo demás esta guay… tienes imaginación ante todo y hasta has incluido una tortura que existe (penosamente) y vaya, esta bien redactado.
    En fin, saludos ángel negro. Bienvenido jeje

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