Ni rimas ni leyendas.

No quiero ser golondrina
en un cielo de verano
tampoco nube reflejada
en el azul impávido del lago.

Quiero soñar que soy brisa
que rumorosa llega a tu oído
y de palabras hermosas
encandila tus entrañas.

Quiero ser céfiro en tu desierto,
atravesarlo hasta dar con el oasis
que te ha de devolver a la vida
y hacerte de nuevo fructífera.

Quién fuera arena de tu playa
u oleaje tempestuoso
rompiendo en tu regazo
su burbujeante espuma.

Quién fuera ladrón de tus besos
o coleccionista de tus caricias
en el mundo paradisiaco
que observan tus verdes ojos.

Aunque soy soldado de plomo
en barquichuelo de papel
transitando por alta mar
en vísperas de tempestad.

El mundo es un vaivén miserable
en el que oscilan los desengaños
miserias que atenazan el alma
mientras envejece el envoltorio.

La poesía es un mundo singular
donde el poeta sale a batallar
en soledad y a corazón abierto
sin más arma que el sentimiento.

Graznan los cuervos esta noche negra
mientras las campanas tocan a rebato
perdió su aliento el enamorado
añorando un siempre lejano horizonte.

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