No amar, ni haber amado

Tus manos de cristal
soportan los besos no dados,
libres, como hojas al viento
de un silencio enamorado.
Tus manos, soportes de papel,
corazones blandos, sentimiento.
Si al guna vez te he mirado
ha sido lejos, como aquel
verso que llama al amor silencio
callado.

Tus manos, de fragilidad infinita,
como granos de granada,
como púrpura ceñida a tu cintura
de cuerpo inexistente.

Presente hoy en mi callar constante,
el verso del caminante
enamorado,
dibuja sus silencios en el aire.

Tus manos de agua mineral
extendidas como praderas de hierba,
como amplio litoral:
mares de azul en eterno movimiento.

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