¿No hay esperanza?

A estas alturas, no parece que haya mucho espacio para la esperanza, en la medida en que nadie estamos dispuestos a prescindir de ninguna de nuestras comodidades en pro de una ocupación menos lesiva para el Planeta. Ésa es la trampa en la que hemos caído las generaciones anteriores, que nos hemos ido acomodando a las facilidades que el progreso nos ha ido presentando para acabar haciendo de las máquinas y de los aparatos algo imprescindible en nuestras vidas.

Hemos vivido unos años, los años en que la Naturaleza no ha reaccionado con virulencia ante nuestras agresiones, como niños en la mañana del Día de Reyes: abriendo nuestros regalos con mirada ilusionada e incrédula. Y los regalos no han cesado de llegar, con la promesa de renovación, de una renovación cada vez más apresurada, sin querer enterarnos del precio futuro a pagar.

Hemos conocido un mundo quizá menos cómodo (lo que sería discutible, porque a veces lo inmediatamente cómodo trae a la larga mucha incomodidad) pero bastante menos destructivo del entorno. Quizá se hayan eliminado muchos golpes físicos, pero habría que preguntarse si muchos no los preferirían a los golpes morales que ahora reciben. Al fin y al cabo, la recuperación suele ser más rápida y completa. A ello hay que añadir la proliferación de virus con que se nos obsequia, lógicamente, en respuesta a nuestras agresiones. Lo tenemos merecido.

Mientras tanto, como no hemos aprendido nada y cada vez somos más egoístas, la gente muere con más rapidez en el Tercer Mundo por falta de agua, de alimentos, de medicinas. A lo más que llegamos es a dar una ínfima parte de nuestros ingresos a alguna organización para que se lo haga llegar a los necesitados, principalmente para quitarnos la posible culpa que podamos sentir. A fuerza de verlo y leerlo en los medios, se ha formado una densa costra sobre nuestras conciencias, que nos permite seguir conviviendo tranquilamente con las noticias que nos llegan. Y hasta nos justificamos diciéndonos que es normal, que esas gentes llevan siglos con esas carencias y están acostumbrados a los padecimientos.

9 comentarios sobre “¿No hay esperanza?”

  1. La esperanza vive en los corazones de unos pocos. Lo que hay que hacer es ser capaces de trasladar esta idea a la mayoría de la sociedad. Para que todos juntos seamos capaces de ponernos a trabajar unidos para dar solución a estos problemas y a otros de similar o mayor embergadura.
    Un saludo.

  2. Es verdad todo lo que escribes, Carlota. Tenemos bien merecido lo que está ocurriendo… pero es necesario reaccionar y poner soluciones para el futuro de las generaciones próximas. La Iglesia Católica habla ya de la posible existencia de extraterrestres que (¿no cometieron el pecado original?) y que nos importa a nosotros eso ahora. Lo que nos debe importar es la existencia en este planeta y cómo se está destruyendo física y moralmente. De todas formas tengamos esperanza de que el humano sabrá al final reaccionar porque si no esto se acaba…

  3. Hola, Crisantemo, que alegría leerte de nuevo, te he echado de menos.

    Sobre todo porque casi siempre discrepamos.

    Si sólo atiende uno a su propia comodidad, si el entorno no le importa, si no tiene descendientes cuyo futuro le importe, entonces tu comentario es válido. En caso contrario, no. Hay que “ir muy de salida” para que no te resbale el tema, y aún así.

    Saludos.

  4. Si nos dejaran sin fluido eléctrico y no pudiésemos utilizar nuestros aparatos de los que disponemos para todo ¿ sabríamos vivir ? …creo que no . .. no estamos preparados por mucho que entendamos lo que está sucediendo , aun a sabiendas que cada dia va a ser peor .
    No perdamos la esperanza , con un poco de práctica se puede prescindir de ellos . Un saludo

  5. Yo siempre tengo esperanza en todo y en todos,
    por lo tanto creo que si la hay y espero que cambie esta situación, eso si, cada vez lo veo más complicado.

    Conservemos la esperanza.

    Un saludo

  6. Bueno, eso del aventón ya sabes que no lo compartimos aquí en Vorem, que siempre eres bienvenido. Será que ellos no saben comprenderte. Seguro que no tienen ni idea de que tu seudónimo es “Crisantemo-Azul”.
    A estas alturas, no va uno a entristecerse ni a enfadarse porque no le quieran bien ¿verdad?
    Un saludo, Crisantemo.

  7. Tan simple como decir cuando yo llegué ya estaba así!

    Si así me lo entregaron!.Porque tengo que arreglarlo?

    Esto es nada más y nada menos que “la Herencia Maldita”.

    Los que llegan protestan, pero los que ya van de salida no les importa porque ya disfrutaron lo que podían disfrutar.

    Solamente queda decir,como dirían los Franceses…. c’est la vie!

    Una Verdad-Romántica
    Crisantemo-Azul

  8. Gracias, Aunque no todos comparten tu opinión

    Si no existiera la discrepancia no habría porque Opinar.

    Pues la mayoría de los Padres (los que tienen que trabajar para vivir) tienen como prioridad llevar de comer y calzado a los hijos antes de preocuparse por si el mundo se va a acabar.

    Ahora que eso de ir de salida, Francamente hay muchos que me quisieran dar un aventón

    Una Verdad-Romántica
    Crisantemo-Azul

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