Noche Herida

La noche esta herida
Y sangra en la atmósfera
Esparce nebulosas por tus ojos
Drena la vía láctea de tus senos

El mar se llena de constelaciones
Atrapo estrellas en mis bolsillos
Brillan mis ojos cazando oscuridad
Plasma celestial entre mis dedos

Hemos cortado la galaxia
Hemos atravesado el caparazón
De la negra seda al retozar de pasión
Giran los planetas y gira mi cabeza

Se escapan las nubes por la fisura
Huyen hacia un nuevo planeta
La lluvia precipita y se apura
Absorben el color y caen gotas tornasol

Morados, azules y verdes iluminan
Nuestros corazones que palpitan
Agitados en la gravedad se enlazan
A una estrella fugaz que pasa

Se acaba la oscuridad
No tengo estrellas en mi abdomen
Abrimos nuestros ojos con comodidad
Yacemos rendidos en nuestra carne

Nuestras manos empapadas en lluvia
Que de nuestros poros brotó
Como fuente del amor en bruto
Nacido de nuestro corazón

Ha pasado ya la noche
La ha reparado el sol.
Despierto extasiado de alegría
En el universo donde eres mi poesía

Herson A.

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Noche herida

Fuera de la guarida la noche está herida.
Sangrando en recuerdos, mojado en el
Remordimiento del pasado, bajo los escalones
Del olvido, de la taberna “Trago amargo”.
Ya escucho la música de Jazz y el entrañable
Olor a madera vieja carcomida del whisky y
Las vigas del techo. El ambiente está cargado
De humo. Ilumina la oscura estancia, el aspirar
De los cigarrillos y unos focos sobre la tarima
Donde músicos negros versionan temas de Charly
Parker, Miles Davis y alguna pieza de Soul de Otis
Redding y Aretha Franklin.

2 comentarios sobre “Noche herida”

  1. Jazz, tabaco, ese whisky a medio beber, la prostituta de los perdedores… todo muy concentrado y bien delineado en el texto… pero no Kim Bertran, tú no serás nunca un perdedor sino un poeta que lanza melodía prosaica hacia las luces de la noche herida. Un abrazo.

  2. Me recuerda un viejo cuento: “era una noche oscura y tenebrosa, los ladrones se escondían en la choza y vino Juan y dijo: Pedro, cuéntame el cuento que tan bien sabes y tan mal cuentas…”

    Y me hace imaginar el encuentro en la vieja taberna de Kerouac, Ginsberg, Burrough entre música beat y jazz, en un alto en el camino.

    ¡Qué ojo privilegiado, Kim! Con la guisa de un ‘private eye’ (el ojo privado, el detective), te veo entrar en el bar, entre el humo y el recuerdo.

    ‘La noche está herida ahí afuera, ¿eh?,
    bienvenido a la guarida’

    A parte de buen escritor, muestras una muy buena cultura literaria y cinematográfica. Siempre un placer leerte.

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