Es Noviembre es tarde ya,
el feliz espíritu del viento,
juega con las hojas secas,
las esparce o amontona,
según siente el momento.

El espíritu solar no calienta,
se encuentra de meditación,
mientras asoma la fría Luna,
que se presenta bella de noche,
su redonda cara resplandeciente,
de un brillo refulgente de plata.

Los pajarillos se acurrucan ya,
para pasar la noche heladora,
entre desangeladas ramas desnudas,
el paso del impasible tiempo acabó,
con la vida de las verdosas hojas.

Mientras tanto mi infeliz alma
pasea entre las tristes sombras,
de árboles silenciosamente en pie,
mi espíritu en pena camina solitario,
va buscando libre el norte que perdió.

Se dió cuenta de tantas cosas,
encontró tantos huecos vacios,
sintió tantas amistades vanas,
que prefiere vagar en soledad,
sin nada que le ate al mundo.

Las quimeras que buscaba,
se perdieron en el olvido,
de este tiempo infructuoso,
se encuentra a sí mismo,
como un perfecto desierto.

Perdido en la angustia de existir,
caminando sin rumbo definido,
en la mágica noche de los tiempos,
que algún dia encontrará alguien,
que calme su sed y su hambre de vida.

Algún día encontraré luz verdadera,
la que se encuentra perdida al Norte,
y ese día mi anima será feliz por fin,
para siempre por los siglos de los siglos.