Oda a la Alegría

Aire invisible, e inalcanzable nube.
Tormentas que aplacan el calor, la ira de las olas.
Delante del horizonte
una esperanza;
bosques que se esconden para ser acariciados,
manos amigas que modelan cántaros.
Palabras que nacen de la bondad humana
y tierra abierta para germinar el fruto nuevo.
Esperanza de vida, de silencio, de historia enraizada,
nadie evita su pregunta,
ni eludes los por qués.
Una Oda a la Alegría contagiosa
de estar juntos,
unidos en la Comunidad de una Tierra
que nos ha sido dada.

Un comentario sobre “Oda a la Alegría”

  1. Preciosa oda que inunda de alegría esa esperanza que nunca muere. Ojalá sea verdad que en algún momento la Tierra sea una verdadera Comunidad de comunicaciónes humanas basadas en las no huídas sino en la contafiosa aventira de abrir horizontes a la ternura. Sería una señal inequívoca de que no somos fieras trag+andose los unos a los otros sino manos amigas que, como tú dices, modelen cántaros de arcilla y luego, con el soplo de nuestra propia divinidad, convertirlos en vasijas de agua, y de miel y de néctar donde puedan beber todos los sedientos. Me gusta la pregunta de los porqués… quizás porque el futuro de la humanidad algún día se preñe de verdadero sentido.

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