Para Don Antonio Machado

Con la tarde algo cambia en sus miradas,
Ríen distinto, como si jugaran
A ser más libres o caballeros de un cuento,
Que sólo ellos conocen.

Las mesas ya no son islitas,
Pequeños reinos de lápiz,
Sino atolones inmensos
Donde ruedan los colores
De sus estuches abiertos.


Leen despacio, pero leen…
Cogen, eligen, dejan,
Abandonan la tarea por una ilustración
Que les evoca mil cuentos,
Mil historias, la admiración
Por un dibujo bien hecho.

Lectores entre gigantes dormidos,
Libros nacidos de los ensueños
De otros que fueron pequeños;
Escritores.

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