Poema de Atardecer

Y esos poemas, ya escritos. Atrapados entre infinitas hojas de cuaderno, en las que se pudo escribir. Allí en el olvido, para cuando venga al caso…. volver a recitar..

Esos poemas escritos y abandonados, para luego estar al servicio de una necesidad individual o colectiva.

Y esos poemas creados y recordados, creados y recitados, creados y vueltos a olvidar en la memoria, para cuando venga al caso… volver a recitar

Esos poemas, ¿Quien se va a preocupar por esas poesías, escritas y guardadas? ¿Quien los va cuidar?

Y esos poemas guardados en el olvido de tu corazón, siempre a punto de salir al mundo sensible. Y cuando venga al caso…. volver a recitar

Esos poemas. Que injusticia más justa e inteligente. Crear poesía, crear poemas, hacer su lectura… y luego quedarte con la sensación, con la enseñanza, con la lección.

Y esos poemas, que vida más absurda, resucitados poemas guardados, resucitar poemas inmortales, resucitar poemas eternos cada vez que nos acordamos de ellos. Y cuando venga al caso… volver a recitar.

Esos poemas, sentados en tronos de estanterías.

Y esos poemas por escribir, por todavía crear. Y cuando venga al caso…. poder recitar.

Esos poemas cuantos por leer, poemas por disfrutar antes de volver a guardar y abandonar en alguna interesante tertulia, aunque sea a solas.

Y esos pobres poemas ricos en belleza, condenados a viajar de un lado para otro, de un idioma a otro, de una traducción a otra… y luego si te he visto puede que me acuerde o no, pero igualmente, quizás, quien sabe…ya escribiré otro.

O echaré mano del cuaderno…
Para cuando venga al caso….
Poder recitar. ¿Y poco después volver a guardar, volver a olvidar, y vuelta a empezar?

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