Presencia

Presencia que haces de ausencia existencial,
las noches las pasas en vela vigilando la soledad.
Te acomodas en la silla de paciencia
arropada con la manta del tiempo en esperar.

Cuentas las estrellas que hay en el cielo que desde la ventana se ven brillar
con ellas dibujas un lazo eterno para llevarte a donde quieres llegar.
Caminas sujeta a ese lazo, ligera de nostalgias que te impida avanzar
y a su paso vas cargándote de ganas y ansias de cruzar el final.

Ya estas a mitad del camino, la luz intensa y activa sigue alumbradote más
pero te notas cansada, sin fuerzas, pensando si algún día lo podrás alcanzar.
Detienes todos tus sueños miras hacia delante y hacia atrás y te pones a medir
que la distancia que ahora se aleja, está más cerca de ti.

Presencia ya estas sintiendo los sabores que lejos de ti están
su forma llena de colores que con la imaginación tenías que pintar
Ausencia plasmada en cartones, donde con ellos podrás jugar
a que eres realidad con brazos y piernas para que puedas correr y abrazar.

Continua sin detenerte del propósito
que apunto estás de lograr, no bajes la guardia
no te sueltes donde te agarres y deja que la ilusión haga lo demás
Poco te queda por recorrer, allí al fondo verás una estrella parpadear, cógela
de nombre la pusieron esperanza porque nunca se pierde porque se vuelve a encontrar.

Presencia, el guardián de una ausencia que existe en algún lugar
se mantiene viva por una causa que los cuerpos lejanos se puedan tocar.
Y sigue en la misma silla arropada por la misma manta haciéndola recordar
que el tiempo es el que no espera, y la paciencia es un lazo de estrellas que se hace esperar.

Deja una respuesta