El viento que marcó la sonrisa en tus labios, fue el mismo el que me hizo sentir despierto a altas horas de la noche.

Justo fue aquel día en donde las olas chocaban con las rocas ancladas en la playa, igual que tus besos palpaban mis memorias y adornaban la mente con profundos recuerdos.

Suspiros que se fueron con la simple velada frente al claro de la luna, y que hoy se funden en mis palpitos como canciones de cuna.

Y Despierto en la nada.

Mis manos sudorosas tantean entre la oscuridad; buscan tus ojos entre el panorama desierto de una habitación que se empapa de pensamientos rebosados de adoloridos llamados.

La sal traspasa el vidrio de las ventanas, los versos se escapan entre papeles vacíos, ritmos desnudos que convocan las sirenas, minúsculas arenas que cubren mis sueños.

Tener miedo al vago recuerdo de un llamado tuyo, me convierten en un ser ciego que no consigue el aroma de los ángeles en las horas de un crepúsculo que abraza la noche eterna.

…la espera que este mortal tendrá que soportar…hasta que sea arrestado por tus besos, me convierte en un minúsculo pensamiento…en un suspiro ajeno.