Hola amigos de vorem. Recientemente mi novia y yo acabamos de llegar de viaje, nos fuimos a Alemania para que yo pudiera ver a mi familia materna. Nada mas llegar a casa, pasó algo. Una tragedia.

Resulta que el grupo favorito de mi novia es alemán y cantan en alemán, como yo soy mitad español y mitad alemán me ofrecí para ser su profesor en varias ocasiones, una oferta que ella siempre rechazó. En el avión le dije que en los próximos días se arrepentiría de no haber aceptado mi oferta.

Al llegar a casa de mi abuela, y después de los besos, los abrazos y los tirones de mofletes correspondientes, mi chica y yo nos retiramos para deshacer las maletas y ponernos cómodos. Yo me metí en la ducha, y pasados unos minutos la cortina se abrió. Pensé por un segundo que mi novia quería ducharse conmigo, pero allí delante estaba mi abuela. De haber sido Anthony Perkins con vestido, peluca y cuchillo incluido, yo habría podido respirar aliviado, pero con mi abuela no… mi abuela no…

Salí del pasmo y me apresuré para cubrirme con aquella ridícula esponja con forma de pikachu, pero para entonces ya era tarde y mi abuela había podido comprobar todos los números de la matrícula, y vale que sea mi abuela, pero a mis 31 años creo que ya estoy muy crecidito para que me vea desnudo.

Junto a la puerta del baño, por detrás de mi abuela, estaba mi novia con una sonrisa de oreja a oreja, le brillaban los ojos, se notaba que la situación le divertía y la convertí en el blanco de mi furia, intenté asesinarla con la mirada mientras despachaba a mi abuela. Pobrecilla, no tiene culpa de nada, está ya muy mayor y este tipo de cosas le parecen normales, así que dije que en cuanto terminara de ducharme me ocuparía de su urgencia, el trato la satisfizo y salió conforme del baño, mi novia no hizo lo mismo y se quedó allí plantada junto a la puerta, todavía con la sonrisa en la cara y le pregunté furioso:

– Qué pasa, es que no lo has podido evitar?

A lo que ella me respondió encogiéndose de hombros, con cara de niña buena que intenta dar pena y, para mi sorpresa, con un alemán casi, casi, perfecto:

– Ich tut mir aber Leid… ich spreche nicht Deutsch
( Lo siento mucho… no hablo alemán)

Terminé de ducharme y entré en el cuarto, mi novia estaba sentada en la cama y de nuevo sonreía, yo me quedé en silencio, no quería cruzar ni una sola palabra porque seguía enfadado, así que me limité a sacar de la maleta la ropa que iba a ponerme.

-Bueno… qué era lo que quería tu abuela?

Dudé en si responder o no, pero lo cierto es que no puedo estar mucho tiempo enfadado con ella, sobre todo estando ella tan lejos de su casa.

– Que le cortara las uñas de los pies.