Sol,
tierra y viento.
Dormitan perros flacos
a la sombra de un chopo amarillento,
cantan las ranas
bajo las piedras de un rio seco.
Sol,
tierra y viento.
Huelen las iglesias
a olores limpios de inciensos,
las espigas son doradas
los caminos raídos y polvorientos.
Sol,
tierra y viento.
Las abuelas susurran
en los callejones desiertos,
las chimeneas humean
melancólico humo quieto.
Sol,
tierra y viento.
Tras la verja del cementerio
los muertos siguen viviendo,
viejo pueblo manchego
hecho de anhelos, raíces y tiempo.
Viva estampa del pueblo castellano.
Bienvenido a este lugar donde se comparten palabras en perfecta armonía.
Un saludo JMRO
Me gusto mucho el ritmo, lo disfrute mientras leía. Ese pueblo manchego, es uno que todos veremos algún día.
Estoy de acuerdo con Hacaria. Tiene el poema mucho ritmo y mucha vida condensada en una sola estampa de la realidad… porque quizás la verdadera realidad de nuestros campos manchegos sea, es cierto, la que veía Cervantes a pesar de todos sus honores. Y es que más allá de los honores de un esscritor está la verdad de lo que escribe. Escribe y tal como escribas así serás.