Quizás la Eternidad también sea un Sueño.

Como ya estamos todos casi convencidos de que la Vida es un Sueño quizás también la Eternidad que algunos nos atrevemos a plantearnos como posibildad viviente sea igualmente un Sueño. Perfecto. Si de Sueño en Sueño hemos de ir… no despertemos nunca. Si Dios existe (que a veces creo que sí) se estará carcajeando a mandíbula batiente por mi ingenuidad y seguro que está pensando: “Ya está el pequeño Diesel reflexionando sobre la Eternidad en medio del alta mar. Es sólo un niño incorregible”. Bueno. Sí. No me importa. Soy un incorregible niño. Pero también los Siete Sabios de Atenas eran sólo siete niños cuando gobernaban Grecia y Grecia era feliz. Hablando de las ideas que se nos ocurren creo que fue Platón el que las definió como sombras dentro de una caverna. Si no fue Platón fue algún otro. Quizás el bodeguero donde Platón bebía vino. El caso es que la filosofía solo es materia viva cuando la vamos creando continuamente.

Sigamos hablando de la Eternidad. En realidad de ella sabemos bien poco. Como casi de todo. No me atrevo a ser tan sabio como aquel que dijo “Sólo sé que no sé nada”… aunque me parece que fue un poco falsete cuando lo dijo… porque ¿quién no sabe algo de la vida aunque sea muy poco o casi nada?. Yo pregunto a las gentes y las gentes, todas las gentes, me contestan con algo que voy aprendiendo. Saben algo aunque sea un poco. Así que aquel filósofo fue un falsete…

El caso es que la Eternidad es sólo una idea, una sombra en la cueva de Platón (!anda que si estoy metiendo la pata y no fue Platón el que dijo eso y fue el bodeguero donde bebía vino!…). Bueno. Que mas dá.. Fuese Platón o su bodeguero el caso es que existe la cueva y existe las sombras y quizás existe la Eternidad.

Si alguna vez nos despierta el cantar del “gallo de la sabiduría” y llegamos a comprenderlo todo… pero todo… entonces ya no hará falta ningún pensamiento más. Mientras eso ocurre (si es que llega a ocurrir alguna vez) sigo pensando que la Eternidad existe… quizás como una idea platónica o quizás como una sombra del Destino. !Ah, el Destino!. Podríamos hablar horas enteras del Destino… pero no… no nos cansemos… que el Destino está en un lugar al cual irremediablemente llegaremos alguna vez. Mientras tanto también Platón se estará riendo a carcajadas de mi ingenuidad. Bueno, me voy a descansar a la sombra de mi caverna porque hace mucho calor bajo el Sol y quiero seguir soñando… que esta tarde tengáis buenos y bonitos sueños todos y todas.

Yo asumo mi respon sabilidad de hablaros de la Eternidad como una realidad tangible y verdadera. Cierto es que pocos lo creen así… pero también fueron muy pocos los que creyeron, en un principio, a Kepler, a Copérnico o a Cristóbal Colón por poner tres casos de los miles de hombres que sabían que era vedad lo que estaban soñando. Quizás la Eternidad también sea un Sueño porque Calderón de la Barca dijo que la Vida es un sueño… pero Calderón de la Barca también se equivocaba de vez en cuando. La vida es un Sueño y no un sueño. He aquí la gran diferencia entre Calderón de la Barca y yo. Que su sueño sólo era un cerrar los ojos mientras mi Sueño es un vivirlo con los ojos abiertos. Por eso es que, a la hora de soñar, muchos sólo duermen.

Quizás esté de acuerdo conmigo (lo cual me agradaría un montón no por vanidad sino por saber que hay seres humanos que me entienden) Gary Winick, el director de la nueva película (2004) estadounidense titulada “El sueño de mi vida”. Hace ya cinco años que debió haber leído alguno de mis textos del Vorem.com… quizás… es posible… o sólo sea una siple casualidad (yo no creo en las simples casualidades) pero todo el conjunto formado por Jennifer Garner (Jenna Rink), Mark Ruffalo (Matt Flamhaff), Judy Greer (Lucy Wyman), Andy Serkis (Richard Kneeland), Kathy Baker (Beverly Rink), Phil Reeves (Wayne Rink), Samuel Ball (Alex Carlson), Marcia DeBonis (Arlene), Christa B. Allen (Jenna joven), Sean Marquette (Matt joven), Kiersten Warren (Trish Sackett) creyeron en esta idea durante unos 98 minutos, tiempo suficiente para que Josh Goldsmith, Cathy Yuspa y Niels Mueller, escribieran un guión basado en un argumento de Josh Goldsmith y Cathy Yuspa. Puede ser que hayan entendido lo que quise escribir en mi guión “Nunca morir” escrito más o menos por esas fechas o, quizás (y esto es más seguro), sintieron algo de mi novela “Greta”. Es posible; puesto que en abril de 2004 ya estaba totalmente escrita.

Como dice la Sinopsis de “El sueño de mi vida”: “A la mayoría de la gente, les parece que los trece años hubieran sido ayer, para Jenna Rink lo fueron. Estamos en 1987 y Jenna es una niña de trece años a punto de convertirse en una mujer. El problema es que la conversión en adulta no llega lo suficientemente rápido. Se ve presionada por sus padres, ignorada por los chicos más interesantes en el colegio y el atractivo niño del que se ha enamorado apenas conoce su nombre. Harta de pasar todo el tiempo con su vecino y mejor amigo, Matt Flamhaff, Jenna invita a los niños más populares a la fiesta de su trece cumpleaños. Pero la fiesta es un desastre. Jenna se siente humillada cuando la encierran en un armario y todo el mundo la deja sola. Sola en el armario, Jenna pide un deseo con todas sus fuerzas. Si simplemente pudiera crecer, podría tener la vida que siempre había deseado. Milagrosamente, su deseo se convierte en realidad. Al día siguiente, cuando Jenna sale del armario, ya es 2004 y tiene treinta años. Es más, es una brillante mujer de éxito (Jennifer Garner) con un trabajo y un fabuloso apartamento en la Quinta Avenida. Por fin es atractiva y popular. Jenna pronto se da cuenta de que le falta algo: Matt. Cuando lo ve, descubre horrorizada que ella y Matt (Mark Ruffalo) ya no están en contacto y que él está prometido. Jenna descubre que tenerlo todo no es suficiente y decide darle una segunda oportunidad a su primer amor. Ahora, su mayor deseo es que no sea demasiado tarde”.

Nunca es demasiado tarde si la pesona es la misma pero revisualizada nuevamente, renovada hasta llegar a la primera edad del amor verdadero. Posiblemente mucho de ello esté en mi novela “Greta”. Al final resulta que sí… que quizás la Eternidad sea un Sueño Real y yo haya acertado no por mí mismo sino por la intervención de algo en lo que muchos no creen pero yo sí: el espíritu que anida en el interior de algunos seres humanos.

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