¿Se puede ser bueno aunque la bondad falte?
¿Acaso la semilla hueca fructifica?
Te has puesto los diamantes de boda y salido a buscar en la calle lo que en el hogar te espanta el sueño. Tu figura es la de una vela, perfumada, larga y fina, sahumando el Cielo, pero en tí no hay gloria. Más yo te deseo porque eres como yo. Me desgasto los nudillos en la barbilla y me siento al lado de las vías y los bulliciosos caminos, a ver el vagabundeo del sol en el movimiento de la sombra, porque los calores sofocan.
El gemido de ayer, hoy mata de risa…
los hay que se ahogan en lágrimas.
Alguién te ofrece su hombro y con ingenuidad sonries. Crees haber encontrado a la Dicha. Muchas veces has ido a donde el hijo pródigo y él ha sacrificado en tu honor, te ha hecho fiesta por dias: no podía ser desatento con quien le ha visto saciarse a costa de los cerdos. Aquella bazofia a ambos les colmaba las muelas. Doquier se topa uno con estos “Hijos de la Fortuna”.
Nos hemos visto detrás de las cortinas.
Nos hemos reconocido ya desde aquel día.
Quisimos ser amigos.
¿Se puede estar con el mal y el bien al mismo tiempo?. No. Tu texto me hacer refelxionar. O estás en el camino o te quedas varado en la orilla. La amistad nace siempre pe3ro hay que dejarla crecer en el día a día y, desse luego, setando en la orilla del camino poca compañía se puede tener. Un abrazo. Me gustó leer tu texto.