Relato de un Amor Olvidado entre Sueños.

Hoy pense en tí. ¿Aun te acuerdas de mí? Talvez sea la desesperación, talvez sea la soledad la que se apodera de mi boca en estos momentos pero.. te extraño. Hay lagimas que aun se derraman por tí aquí. Lo siento, no te ví partír. Y hoy estoy allá contigo, entre sueños mi alma se escapa y vuelve a tí. Ese día, debí decir te amo. Y hoy, hoy es demasiado tarde y las palabras que se quedaron dentro me queman y los recuerdos que baílan en mi mente son punzadas de dolor. Lo síento… no debí huír. Y es que cuando la felicidad es tan grande que machaca, y el amor es tanto que asusta, y la realidad se escapa de tus manos como agua, no queda mas que huír. Al ménos eso creí. Y hoy no éres tú sino yo la que paga penitencía por mis actos, míentras que tú, tú no has vuelto a mirar atrás. Y hoy te extraño mas que nunca y me haces falta. La vida explota a mi alrededor sin tí. Y aveces es necesarió inventarme historias para superar tu ausencia, cuentos de hadas en los que no me supe ir. Y la idea del destino avíva mi esperanza, ¿pero que si el destino no me tíene en las cartas para tí? Los días pasan y tu recuerdo se convierte en nube, pero por las noches una píedra duerme síempre sobre mí corazon. Pero esta noche, esta noche intentare dormir, talves esta noche podamos reencontrarnos…

2 comentarios sobre “Relato de un Amor Olvidado entre Sueños.”

  1. Tenemos la tendencia de culparnos si un amor no se lleva a término, si hemos dejado de hacer algo en cualquier otro aspecto de nuestra vida. Es caso es culparse por haber hecho o haber dejado de hacer.
    En lo que planteas concretamente, ¿por qué él no hizo nada, no pidió explicaciones? Yo creo que simplemente es porque no tenía que ser. Más vale asumir que por algún motivo que tenga que ver con el orgullo, por ejemplo, se ha dejado de decir algo definitivo… pero por ambas partes.
    Besos

  2. Durante varias noches el recuerdo nos abisma… hasta que llega un día en que lo olvidamos. Pero tu relato me hace recordar a esos momentos en que por causas inexplicadas no nos atrevemos a confesar los sentimientos. ¿Orgullo?. Quizás no. ¿Nervios?. Quizá tampoco. ¿Timidez?. Posiblemente no. Lo que sucede es que hay veces en que no queremos reconocer nuestras debilidades… y el momento pasa… y el recuerdo llega durante varias noches seguidas… hasta que la vida nos impulsa a otros momentos y olvidamos el amor soñado…

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