Seduciendo a un extraño

Miradas primiticas que atraen la morfina de cualquier recóndito lugar, pasión. Esas partículas diminutas originadas por estímulos del cerebro y que recorren todo nuestro cuerpo como si de un delicado soplo de rosas a jazmines se tratase. Éxtasis inmediato e incompleto al no realizar la acción acorde con nuestro Hommo Sapiens. Sensación de deseo, posesión y liberación quienes se confabulan en contra de la razón… si se fuera libre…

Vacíos sin tenerlo, vacíos después de poseerlo. ¿Qué lógica tiene eso?

3 comentarios sobre “Seduciendo a un extraño”

  1. Pues muy bien lo has dicho… son acciones primitivas, instintivas, galanterías de cuerpos y deseos que controlan impulsos que con solo razonar se sabe que nada deja, pero somos animales, que a veces no escuchamos la razón y otras veces no queremos. Me gusta el relato!.. esa sensación al conocer a alguien nuevo.

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