Septembrini

Empecemos, antes de meternos en materia musical, por decir que X elevado al cubo se puede decir que deriva en un cubo en forma de X y si lo seguimos reduciendo, al final, resulta ser un lavavajillas.

Hablemos ahora de la última novedad de música clásica. Imposible. Resulta que los sopranos se han ido a visitar a sus madres que viven muy lejos y, por lo tanto, hay que hablar de Ray Harryhausen. Este cineasta (ya que de música no podemos hablar porque se han ido los sopranos a visitar a sus madres que viven muy lejos) crea películas barriobajeras (cine para ser visualizado en los barrios bajos de las grandes ciudades). Sus personajes son espantosos y difícilmente se les puede olvidar.

Entre nostalgias de un pasado mejor (según él y yo no) va desarrollando las secuencias de manera artesanal (porque falta presupuesto para comprar las últimas máquinas cinemtográficas) y así produce, por ejemplo, una película sobre los dinosaurios que corren peligro de extinción porque ha caido del cielo un pedazo de metal sobre las montañas del Tíbet. No sólo se cisca el Himalaya por completo sino que la película sigue mostrando unas escenas en que los dinosaurios aparecen convertidos en esqueletos (con sus calaveras incluidas) y la podríamos titular, por ejemplo, “Cuando los dinosaurios perdieron la cabeza por irse de fiesta” o, más en serio, “Cuando los dinosaurios se olvidaron de vivir”. Al final se produce una cierta confusión general entre el público asistente porque no se sabe bien si fueron todos los dinosaurios los que se convirtieron en esqueletos (con sus calaveras incluidas) o si quedó un pequeño grupo que se escondió en las famosas Cuevas de Altamira (Cantabria para más señas). En definitiva: una película para tener en casa y aburrirse un poco con ella porque, según mi criterio personal (e insisto en que es sólo mi criterio personal) es un verdadero rollo.

2 comentarios sobre “Septembrini”

Deja una respuesta