¡Si la noche cayera!
-no has de decirlo en serio, – dijeron los
aldeanos, – ¡Si no tenemos a nadie!, –
no habras olvidado las promesas del vecino,
los regalos del extranjeros y los insultos
del enemigo, – ¡Si perdemos la vida!, – Hay
quien nos prometio vida eterna.
Las profesias han llegado de la sangre
de la luna en gota al inmenso mar perdido,
el hijo pardo ha llorado su ultimo llanto,
el Dios quien prometio se fue llorando,
¿Yahvé? ¿eras tú entonces quien dijo
solo lo que era cierto?
¡Nos avergonzamos!, -ya perdi mis fuerzas
y no he luchado, -¡Te suplicamos!, -la vida
se desvanece entre tus brazos, -¡Dios!
Se ha olvidado de nosotros.