SIN SER

Quiso el aire ser el mensajero de eternas palabras,
de los sueños quisieron los rayos de sol esconderse
para que mis manos jugaran con ellos en silencio
y no ser molestados hasta la llegada del alba.
Queriendo recuperarlos despierta el día ligero,
callado aparta las nubes con suma delicadeza
como habrían de hacer mis labios confiándote un beso,
tu boca loca por ser dueña y señora de tantos ellos.
La subsistencia de la más cercana de tus esencias
e infinita la lejanía a un mismo tiempo del ser,
imponen a mis sentimientos a mantener con vida
la apariencia disimulada tras el velo de la noche.

En tu mundo, en cuyo cielo regido por sol y luna
ante el día que intenta robarme sin piedad alguna,
es la noche quien con sigilo me confía a tu lado
y al primer rayo de luz, inferir tácita al encuentro.
Mi ser no pide más que amarte en forma y estado puro.
Le reprocho a la pena que quiera llevarme con ella
y es con mi risa perturbada la locura embaucada,
mientras retazos de cordura tejen el uso de razón.
Como guía incansable mi espíritu tras tu sombra,
se te fue entregado el último aliento en un susurro.
Devuelto el cuerpo bajo la tierra a la que pertenezco
arrancando una última lágrima, la voz de mi boca.

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