Me elevas, sobre las copas de los árboles,
como si fuera una flor más;
me besas y encuentro en tus labios
la sal de la tierra,
la paz de los mil soles que habitaron la Tierra.
Los cantos se elevan en tu abrazo,
como ramas que apresaran
mi totalidad.
El viento es el susurro hecho palabras,
palabras de amor…
de intensidad.
Un comentario sobre “Sobre las copas de los árboles”
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El amor es así. Un elevarse a las copas de algún almendro o cualquier otra clase de árbol florido para darnos ese beso de tierra, de aire, de fuego y de susurro de mar…