Aqui sigo tan solo como siempre
solo como sólo yo se estar
con la unica compañía de mi soledad
y la gran amistad de la misma soledad.
Quiero culpar a alguien de mi soledad
pero no encuentro a quien culpar
pues culpable no eres tú de mi soledad
y culpable alguien más no creo que sea.
Puedo culpar al mismo vecino de enfrente
o culpar a tu mejor amiga de toda la vida
tal vez culpar a mi propia familia
o al mismísimo Dios que me mira.
Pero se que el unico culpable soy yo
y que esta soledad es por que te extraño
por que me faltan tus dulces ojos
que eran mi luna en las noches.
Me doy cuenta que tus labios rojos
eran el sol que calentaba mi cuerpo
tus brazos el cielo que me cobijaba
y tu pelo la lluvia en el desierto.
En este desierto que hoy se llama soledad
y que me mata a cada día un poco más
pues tú no estas para darme fuerzas
fuerzas de vivir por ti.
En mi opinión, describes perfectamente en esta poesía, esa sensación que tenemos todos postraumática cuando cortamos con alguien con quien pasábamos mucho tiempo, por experiencia propia, se pasa con relativa rapidez.