Hay un clavel encarnado
en mitad de mi camino
y viéndolo yo me animo
a seguir todo lo andado.
Hay un clavel enmarcado
en la hierba que yo mimo
y a ese clavel lo estimo
como designio del hado.
Hay un clavel colorado
que me tiene enamorado
cada vez que lo admiro.
Hay un clavel asomado
al camino ya alcanzado
y con él la paz yo miro.
Simplemente dejate llevar por la memoria progresiva del punto “cero” vorémico. !Tu sabes y puedes hacerlo!.
Leyendo tu soneto lo veo tan sencillo.
Me pongo por la labor de hacer uno, y ….!!lo dificil que es!!
Me cuesta parirlo, peo estoy en ello.
Un besote amigo mío