Sueños en rumbo

El semáforo me guiña peligrosamente su ojo amarillo y… el muy desgraciado!! Con su insolente pupila roja me detiene violentamente. El conductor del auto a mi derecha parece que no tiene prisa alguna. Se lo ve relajado, hasta canturrea! Claro, con semejante auto, seguro que es uno de esos ejecutivos o empresarios platudos, manga de ladrones que lucran a costa del pueblo, a costa mía, de mi esfuerzo, de mi miseria. Pero ya verán! Eso está por terminar. Ya verán. Uff! Qué calor! Me estoy derritiendo. Y el semáforo maldito sigue en rojo! Como si uno tuviera toda la vida para esperar. Como si yo pudiera seguir esperando! Y este asqueroso calor! Pero el pituco de al lado ni se entera; claro, en su auto brillante, con su regio aire acondicionado y su música de cd y su ambientador de pinos y brisa marina… Esa es vida. Pero ya verán. Al fin, amarillo… y en tres golpes de corazón, ya está! Verde, eso es. Vamos, vamos alma mía.

La sorpresa que tendrán mis chiquillos! Les compraré cosas, ropas, y a la Carmencita el mp3 que tanto quiere, y al Juanpa el nuevo celular con computadora, calculadora, cámara fotográfica y de video, internet, y quién sabe qué huevadas más…., y a la Sofía un collar y … y hasta nos cambiaremos de casa!! Pucha! Pero primero tengo que pagar las letras y las tarjetas atrasadas y tratar de salir rápido de DICOM. Y en marzo ya no habrá el drama por los colegios… ¡¡Mierda!! El micrero hijo’e puta!! Se creen los dueños de la calle, estos maricones!! Asesinos!! Conch’etumadre!! Cabrón! Ya verá, lo adelantaré y… eso es… ahora sí… lo cierro… eso es… ya está!! Pa’ que aprenda el maricón!! ¡Y tú, pelucón, deja de bocinearme, que no soy sordo, hueón!! Mierda, otra luz roja!!! No es posible! Estos hueones del gobierno sólo sirven pa’ cobrar impuestos, pero no son capaces de coordinar los semáforos!! Ya estoy chato con este país de mierda! Ya no se puede vivir con tanta huevada! Creo que lo mejor será que nos vayamos a… a… al extranjero! Si, claro, allá los cabros estarán mejor. Puta, qué calor! Pero ya falta poco, ya… amarillo, …qué color más raro, amarillo de oro, de este sol ardiente, de bilis, de huevo, de… ¡¡huevón, avanza!! Uff! Por fin verde, ya era hora!; verde que te quiero verde. ¡Claro, siempre que el jetón de adelante deje de huevearme! Si quiere pajaronear, debería salir a pasear al parque, el pelotudo, no a ocupar la avenida! Huevones, claro, les dan licencias sin que sepan conducir, sólo porque tienen plata, los hueones. ¡Y miren al maldito! ¡ Se está riendo de mí, y ni siquiera le hace caso a mis bocinazos! Y hasta va más despacio que antes, el chuch’esumadre! Pero ya verán, ya verán. Las cosas cambiarán radicalmente. Mis cabros vivirán otra vida, mucho mejor que la mía. Serán exitosos, triunfadores. Son cabros re buenos! Los llevaré de vacaciones a… podría alquilar una casita en Reñaca! O irnos a Pucón! O mejor a Disneylandia!!! Claro, eso es! Y les traeremos suvenirs a los amigos para que sepan. Y nos sacaremos muchas fotos. Compraré una cámara de fotos digital, de esas modernas que se usan ahora. Y unas camisas floreadas y brillantes, bien cool, y unas buenas gafas de sol, bien modernas y taquilleras. Para que nos veamos super top, bien bonitos, bien cuicos… porque eso seremos de ahora en adelante… cuicos de verdad, ja, ja, ja! Quién diría, no?! ¡¡Ay, no, otra vez rojo!! ¿¡hasta cuando me demoran mi felicidad, mierda!? ¿Y esta vieja fea que me mira tan despectivamente? Vieja fea y artificial: pelo teñido rubio, dientes postizos, joyas de fantasía, ropa de Patronato, y maquillaje barato. Pero se cree cuica. Y se jura lola, bella y sofisticada! Y su cacharro de cuarta, por más que lo lave y encere, es un cacharro de cuarta no más. Ya vieja, desaparece de mi vista. Te dejaré atrás en cuanto den verde. Un, dos, tres… partimos!! Primera… segunda… ¡¡¡Maricón!!! Taxista’e mierda!! Qué te creís, chuch’etumadre!!? Casi lo choco por atrás al huevón… y seguro que me habrían culpado a mi!! Perros, mal nacidos… imbéciles al volante. Mierda… otra vez se me apreta el pecho… y me duele… a ver, calma, respira hondo, eso es, calma, calma, ya. Y después quieren que uno viva tranquilo. Claro, con cabros chicos que piden y piden, con la jefa que reclama y huevea, con un sueldo de mierda que no alcanza, con jefes fríos y vigilantes, con colegas que ansían tu puesto, con las sonrientes y atractivas ofertas de créditos para comprar sueños, y que a la hora de pagar se transforman en pesadillas, con tus conocidos con los que siempre tienes que estar a tono, de igual a igual… o al menos aparentarlo, con las cuentas que suben y suben y tu vida que se acaba y se acaba, con los impuestos, y los intereses y las multas, y la burocracia que se traga todo, hasta las ganas de respirar…

Pero no importa, en muy pocos… minutos ya… respiraré a todo pulmón!, sí señor! viviré a lo grande, sin problemas, sin preocupaciones, sin jefes, ni colegas ni acreedores… ni smog siquiera!! Nunca más calor en el verano, ni tampoco frío en el invierno. Ni semáforos que me jodan. A ver… aquí está, mejor entro a la autopista… eso es. No más micros ni semáforos ni atascos. Viviré a lo grande, sí señor. “Mozo, un pisco sour… no, mejor un black label on de rocks, plís…” ¡¡¡Mierda, nadie va a creerlo!!!

Y estas hermosas autopistas concesionadas, donde se puede correr a más de 100 km/h. para ahorrar tiempo y mejorar la calidad de vida, también serán para mí. Miren como corren aquí los autos, si da gusto. Además, casi todos los autos son bonitos, casi todos nuevos, brillantitos y con gente bonita y bien vestida adentro. Pasar por estas autopistas es como viajar a otro país, el de los privilegiados, el de los escogidos, el de los alucinantes indicadores estadísticos del crecimiento macroeconómico. Miren como vuelan… ¡cómo vuelo! casi es un poema. Y todas esas señales luminosas, electrónicas, tan bonitas y modernas, ¡este es Chile! Sí señor. Autopistas inteligentes… y un Estado inconsecuente, arrogante y hasta despiadado con el grueso de su pueblo. Pero a partir de ahora, al menos yo, ya no seré más pueblo… ni siquiera recurso humano. Seré un ciudadano, y de primera, de primera categoría, del primer mundo, de clase premium, claro que sí, premium, y para que lo sepan de una vez, ¡¡¡premiado mierda, premiado!!! Mi boleto premiado, aquí junto a mi corazón!! Mi boleto a otra vida, más felíz, más digna! Mi boleto a punto de ser cobrado. ¿Cómo será ver toda esa plata junta, todos esos millones? ¿Cabrán en la maleta que traigo? Sino… compro otra, pues hombre, no seai hueón!! O una docena más, si es el caso, ja ja ja!! Bien, ya falta poco, ya estamos cerca. Tal vez hasta esté la televisión para entrevistarme. Menos mal que me puse este traje, bien elegantito no más, porque… como te ven, te tratan, ja, ja, y la Sofía hasta me miró sospechosa “¿y a onde vay tan terneao?”, ja ja ja. ¿Y si en la casa me vieran por la tele? Sería increíble!! Ay, tranquilo corazón, tranquilo, no te me aceleres. Es que la emoción es tanta… Bueno, ya estamos entrando a este hermoso túnel, prodigio de la ingeniería chilena… quién diría que vamos bajo el Mapocho! Qué mundo es este, no? y qué vida nos espera! Compraré un auto nuevo, grande y espectacular. Dios mío, la Sofía no va a creerlo, los cabros chicos, y mis viejos, y los amigos, y los vecinos, y la cara que pondrá mi jefe!!! Y hasta la María Pía, con sus aires de secretaria ejecutiva bilingüe importante y despectiva, me mirará asombrada y casi seductora con sus verdes pupilas de contacto. Seguro que ya no arrugará la nariz al verme, la muy puta. Sí, compraré un autazo, como este que viene en frente, veloz, grande, poderoso, moderno, brillante y hasta con olor a nuevo: a silicona y a pino, y por supuesto… full equipo!! Y con esas luces nuevas y azulinas tan elegantes, tan potentes, tan brillantes, tan deslumbrantes, tan cegadoras, tan…

Un comentario sobre “Sueños en rumbo”

  1. !Curioso relato, yopis!. !Curioso y muy logrado porque hace pensar cómo nos transforman las triples luces de un semáforo -rojo, amarillo, verde- y los sueños de este mundo de consumo… de Doctor Jekyll a Míster Hyde!. La verdad es que llenas todo el texto de irónica presentación realmente tan “escalofriante” como la vida misma y eso es todo un éxito de tu pluma acertadamente social. Un saludo yopis. !Muy buen relato!.

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