Tiempo de aprender a amar

Margarita una italiana de 16 años está de cumpleaños, quizás el cumpleaños mas feliz de su vida, en su celebración de noble aristócrata están invitadas todas las chicas del pueblo, es un gran evento pues existen pocas celebraciones de tal magnitud y en tal lugar. Los preparativos comenzaron hace meses, encargando a Londres un piano nuevo, pues el padre decía que los pianos italianos no nacieron para tierras tan lejanas, también se encargó un maestro de piano, este si del país natal y se esperaba la llegada de un nuevo chef, probablemente llegaría hoy lamentablemente no podrá preparar el banquete de la fiesta.

El día comenzó con un sol vigoroso, vaticinando un gran día, entro Flaviana la Mucana, una negra nativa de ojos negros y amarillos, abrió las cortinas y el sol entró radiante, quemando el rostro de margarita que no se acostumbraban a tal fuerza.

luego del baño margarita, tuvo que soportar el desarmar y armar de su peinado, quedando digna como una princesa, entonces le trajeron su almuerzo en tales fachas no podía bajar, con esfuerzo bebió tan solo el caldillo, pues el blanco corsé no le dejaba comer mas, pero con eso bastaba, sabia que con el paso de las horas el corsé aflojaría los suficiente para comer mas y no desfallecer, luego siguió el maquillaje, mas tarde el arreglo del vestido, con esto solo le faltaba unos retoques pequeños, y a esa hora comenzaron a llegar las invitadas e invitados, parafernalios trajes para damas de alta costura, mientras que otros sobrios y hermosos para las de mejor gusto, por otro lado, hermosos trajes para las de escasos recursos, pero margarita sabia que aquellos trajes provenían de una serie de arreglos de trajes ancestrales, aunque en ese momento no le importaba, y así la ceremonia comenzó, ella debía llegar furtivamente y en un momento dado aparecer radiante y pedir que todos se quitasen el antifaz, agradecer la compañía y a tan buenos bailarines.

Cuando se hubo inmiscuido en la fiesta, su hermoso vestido blanco, su antifaz dorado y sus hermosos labios le favorecieron encontrar un apuesto acompañante, que bajo el antifaz blanco sobresalían hermosos ojos miel, tez trigueña además de unos delicados labios, que encajaban y adornaban una sonrisa perfecta. los pocos rayos de luz que aparecían agónicos, anunciaban el anochecer, y no lograban quitarle emotividad a tal escena, la chica sentía que esos ojos la miraban entera, se sentía entregada a aquel ser, y basto con que un baile los llevase a la mas oscura parte del salón, para que le robasen un beso, pues cualquiera diría que fue una ofensa, una falta de respeto pero margarita sentía desfallecer, deseaba tocar esos labios, rendirse ante ellos, y cuando pudo solo rogaba que ese momento no acabase, que tampoco esa furtiva mano se moviese de donde se encontraba apoyada, pues la empujaba a ese cuerpo, donde sentía y imaginaba una figura envidiable. No se percato cuando duro el momento, pero entendió que fue poco, quizás mínimo, pero suficiente para olvidar cualquier otro beso.

Derretida ante tal situación continuaron el baile, y apenas tocaban lugares amenos el le daba un beso mejor que el anterior, ella a su vez sentía que aprendía nuevas cosas, y que a su vez lo conocía mas y mas….

Cuando tocó cambio de pareja, sintió el susurro de una voz que le decía:

– No sabia que podía amar a alguien así… mañana nos vemos donde siempre.

Bastaron esas palabras para que margarita entendiera, que probablemente él la beso pensando que era otra persona, pero también que sin darse cuenta le había dado la mayor de las esperanzas al decirle que no sabia que podía amar así, y una duda la intrigo el resto de la fiesta, que diría el cuando la besase, a la otra muchacha, y se diese cuenta de que con ella no sentía lo mismo. Cuando hubo llegado el tiempo de sacar los antifaces, ella busco con la mirada aquellos ojos miel y aquella boca, pero no encontró nada. Aquella noche durmió inquieta, feliz y conmocionada por lo que había sentido, había besado otros hombres, pero nunca sintió algo por el estilo, de hecho en beso mas desagradable lo recibió de su primo Toni, una lengua torpe, y una boca demasiado húmeda, además de que lo hacía a la fuerza, puesto que el muchacho busco la oportunidad perfecta para llevar a su primita de paseo al estanque, donde la beso a la fuerza, tenía 15 años y supo defenderse y demostrarle al muchacho que no le interesaba, sabia que su primo era torpe y zonzo, pero no malo, y que bastaba hablarle para calmarlo, era como un animalito con las hormonas alborotadas, aunque del consejo que le dio a aquel muchacho se arrepiente hasta el día de hoy, le dijo:

– Existen mujeres a las que tú le pagas y te hacen este tipo de favores ¿porque no buscas una?

Lamentablemente a los 3 meses llego una cortesana a reclamar que el tonto de la familia de 19 años le había hecho un hijo, por suerte Toni nunca dijo nada, y acepto al mocoso pero no a la fea mujer, que solo le hizo un favor que estaba pagado….

Aquella noche revivió cada una de sus besos desde los más inocentes a los más osados que consideraba, pero al repasarlos comprobó que ni Toni, ni Andrés, ni menos Joaquín, lograron provocar en ella tal emoción.

Recordaba con cierta nostalgia a Joaquín un muchacho de familia burguesa que junto a su familia fue de vacaciones a la casa de unos tíos y mientras ella se encontraba en el fundo colindante mientras remodelaban la casa, la muchacha conoció a Joaquín en un estanque, mientras se bañaba , se hicieron amigos, jugaron, y fue este escueto burgués quien le dio su primer beso, cuando la muchacha solo tenia 11, aunque eran muy sutiles y pueriles, eran con emoción de quien hace algo malo y nuevo, algo que descubres y no sabes que existía. El chico debió irse a los pocos día pero le prometió que cuando el creciese la buscaría y se casarían, pero solo cuando el tuviese que ofrecerle.

Por otro lado estaba Andrés, el chico que le interesaba hasta esta noche, era un alumno de la escuela de hombres que quedaba al frente, donde enseñaban humanidades y todos los que entraban ahí aspiraban ser abogados, este chico era mayor tenia 18, y solía visitarla, acompañarla a la biblioteca, llevarle flores, pero solía ser indiferente, solo la había besado unas 3 veces, pero siempre con mucho respeto, mientras ella esperaba, un poco mas quizás, una caricia, no solo seguir en lo que estaba, pues sentía que para el un beso era un tramite, y siempre dejaba a esta muchacha con gusto a poco, a frío, siendo que solo la besaba cuando de veras estaban solos, especialmente en la biblioteca, único lugar donde dejaban ir sola a una señorita a leer novelas, recomendad en la escuela para señoritas a la cual asistía.

Cuando pensó en el chico de hoy comprendió que el no era de la escuela donde asistía Andrés, por tales rasgos ya le hubiesen llamado la atención, quizás era pobre y debía asistir a la otra escuela del pueblo, quizás, no trabajaba, o peor aún…. estaba en la universidad y solo estaba de paso por allí, tras tanto pensar se quedó dormida cuando logro ganarle el sueño.

Al día siguiente se entero de que su padre debió viajar, y se ausentaría por unos días. Su madre, Isabela, pretendía salir unas horas puesto que tenía una reunión en nombre de su padre, y tendría que pedir las disculpas pertinentes del caso, margarita entendió que podría arreglárselas para averiguar sobre aquel, extraño hombre. Pensó preguntarle a su hermana Bianca, pero si aquel muchacho no tenía muy buena procedencia no sabía como se lo tomaría.

Así que prefirió contarle a su más confiable amiga, con el pretexto de conversar de la fiesta, Inés. Tal como margarita esperaba su amiga le escucho, compartió y disfruto con tal experiencia, sin dejar de recalcar lo malo que había sido que la hubiese confundido, describió los rasgos de tan apuesto galán, y comprobó que no lo conocían, así que derrotada regreso a su casa, y Bianca al verla llegar le insinuó.

– ¿Hermanita no habrás hecho cosas indebidas ayer?

Tal pregunta desequilibró a Margarita, pero Bianca repuso:

– jajajaj porque pones esa cara, solo era una broma… pero por lo que veo no me equivocado.

– …. Porque no vamos al jardín, para que te cuente.

Así se fueron a una de las bancas en el jardín de rosas, donde relató lo ocurrido a su hermana, pero le rogó muchas veces que no le contase nada a su padre o a su madre, pues sabía que no lo entenderían,

– Parece que creces rápido, jajaja

La alegre Bianca, quedo algo asombrada ante la historia de su pequeña hermana, pero no dejó que de ocultar su preocupación ante tal situación, pues le explico, que aunque no era muy experta en hombres, tal como debía ser una dama, sabía que algunos solo se aprovechaban de dulces niñas, mientras que otros las amaban con locura.

Lamentablemente, en su experiencia, existían muchos hipócritas, cosa que jamás ha rebelado a nadie ni siquiera a su pequeña hermana. Por eso, se comprometió a ayudarla, pues sabía que era mejor conocer al muchacho en caso de que su hermana lo encontrase, puesto que al parecer la había flechado.

3 comentarios sobre “Tiempo de aprender a amar”

  1. Intensivo texto este del aprendizaje amoroso. Está colateralmente ligado a la púber composición de los interrogantes interpretativos. Sigue escribiendo Edu, que lo haces muy bien. Tu amigo diesel.

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