Sartre apareció en mi vida como un puñal que desgarró mil sueños. Freud se encargó de ayudarme a enterrar a un Dios primario e infantil. Luego…un inmenso listado de maestros me fueron dando capazs de pintura, hasta llegar al día de hoy. ¡Estoy vivo y consciente! Este tema de ser consciente, del dónde estamos…me lleva a pensar en el Gran Teatro del Mundo. No podemos actuar con guiones inventados. Cada momento requiere el actor preciso y lo que nos toca a nosostros de “particular”… muchas veces es formar parte de la gran comparsa que acompañe las ideas preconcebidas de otros, o la queja totalitaria frente a la injusticia.Insisto que uno momento será c lave en nuestra vida…”morir” y si logramos hacerlo con consciencia, con claridad, con serenidad…habremos sabido todo loq ue hay que saber y descubriremos que ese jercicio de profundización en tantas y tantas vaguedades…tan sólo será el soporte de un sueño, previo al silencio más auténtico.

Ésto no quita ni mi ilusión por vivir, ni mi emoción por saber: me recoloca en el aquí y ahora y me enseña a caminar., descubriendo la belleza de haber alcanzado la madurez, como las plantas, los animales, o una montaña…y ese descenso ligero y natural hacia las arenas de las playas; antes grandes rocas…