El rio baja cargado de troncos,
son las almas de los árboles,
son sentimientos de un bosque,
otrora espeso que desaparece,
que agoniza en su interior.
Los huecos que quedan,
en la espesura la desolan,
muerte de vida arbórea
que nunca más volverá,
se convierten en madera,
sin alma sin tierra alguna.
Tristes quedan los pájaros,
que en su fronda soñaban,
insectos que se alimentaban,
solitario y vano va quedando,
el perdido y olvidado monte,
y el río baja cargado de troncos.
Cuando acaben con los bosques, los seres sin entrañas, habremos perdido todos las entrañas de nuestra presencia… es pena… es dolorsa pena lo que está ocrriendo amigo Kiowa… pero cuando se acaben los bosques (como tan nostálgicamente has descrito en tu poema) ya no tendrá vivencia la vida. Y los seres sin entrañas nos habrán esquilmado la Tierra… que quedará ardeinte y seca, irrespirable… y morirá la vida…
En mi pensamiento estan las mismas palabras que ha escrito nuestro amigo Diesel…se nos acabará la vida cuando muera el último árbol…una pena muy honda se incrustará en nuestros corazones.
un poema para reflexionar..un beso hermanito