Tropi

Supongo que se llamaba Tropi, porque así se lo oí a alguien que salía del bar de sus amos en su busca. Tropi era un perro pequeñito, enteco, bastante feo, de color gris y pelaje algo rizoso, que a la llegada del buen tiempo y una vez pasados los vientos, las nieves y los fríos mesetarios, se repantingaba en la explanada frente al bar de sus amos a calentar los viejos huesecillos al sol.

Tenía ese aire, que siempre me ha parecido conmovedor, de profunda dignidad y concentración de algunos perros pequeños, conscientes de su propia importancia. Yo pasaba alguna que otra vez por delante de ese bar, al que nunca he entrado, le llamaba al acercarme, le guiñaba un ojo (lo que al parecer equivale para perros y gastos a un “te quiero”). Pero él no me hacía caso, demasiado acostumbrado quizá a que la gente entrase y saliese del bar. A mí, su presencia en la calle tomando el sol me daba alegría porque veía que había superado otro invierno.

Este año, ya casi por finalizar mayo, busco a Tropi y no le encuentro. He pasado repetidas veces y su lugar privilegiado, desde donde se entretenía mirando el trasiego de la gente, está desierto. Supongo que está en el cielo de los perros. No me atrevo a entrar en el bar y preguntar por Tropi, si es que se llamaba así, porque me tomarían por loca. Y quizá lo tenga merecido por sentir así su ausencia definitiva.

4 comentarios sobre “Tropi”

  1. No es malo sentir la ausencia de algo o alguien a quién te has acostumbrado a ver, a encontrarte en tu andar diario. Yo en tu lugar creo que tambien le habría extrañado.
    Con este texto demuestras tener un corazón sensible amiga.
    Un beso y gracias.

  2. Si. Pobre Tropi, es curioso como uno se “encariña” si vale decirlo, con cosas, animales o personas, que uno frecuenta ver. Como que uno, a veces da las cosas por sentado, y un buen día, como Tropi, no aparecen mas en nuestras vidas. No nos marca, pero nos recuerdo nuestra volatilidad en este mundo. Por cierto, describiste algo cotidiano, con un texto agradable. Un saludote Carlota.

  3. Tenía ese aire, que siempre me ha parecido conmovedor, de profunda dignidad y concentración de algunos perros pequeños, conscientes de su propia importancia..me ha encantado este decir , mis saludos.

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