Una mujer, un árbol y una cadena

Recia, rubia y altiva,
con la sola expectativa
de evitar la insana tala.
Tita Cervera Gana,
ese decir popular:
¡Que viva otra vez la Pepa!
Cadenas de oro la amarren
al platanero más alto,
que ya conoció lianas y tarzanes.
Consentir estos desmanes es desmesura,
la espesura del paseo es para el pueblo
y para el árbol y el Museo,
que con todo gana algo.

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