una sombra de tí

Seguí tus pasos y aprendí a sentir, aunque creía que ya no podría hacerlo, aprendí a aprenderte, aprendí a pensarte y a quererte, cuando antes solo escuchaba tu nombre, lejano. Seguí tus pasos y logré entrometerme en tu mundo, que es mas tuyo que lo mas íntimo, que ya es mío, y es mas hermoso que nosotros. Aprendí a escribir para dos, y a disfrutarlo; a sentir una intensidad mas profunda aún de aquella que parecía loca y arrebatada. Aprendí a enamorarme del amor mismo; a ver mucho mas allá de los ojos, aprendí a sentir traspasando la piel y las parcelas del cuerpo. Aprendí también, a quererte con miradas, a pensarte queriéndote, a quererte pensándote, a sentir un presente que borra pasados, y alienta futuros…

Y aunque no lo quise, aprendí a llorar, sin lágrimas pero con nudos en la garganta, en la garganta y en la piel, todo el tiempo. Me obligaron –me obligaste- me obligué, a aprender a olvidar, pero de eso nada quise saber. Aprendí a soñar, a hipotetizar, a crear a imaginar. Aprendí que de todo podía aprender algo, y que al mismo tiempo podría -quizá- borrarse todo. Aprendí a leerte, y fue como si leyéramos juntos, y estabas a mi lado. Aprendí a encontrar en cada frase un sueño implícito, un sueño de a dos, o de a uno, aprendí a quererte sin tenerte, y a no tenerte queriéndote aprehender. Aprendí a volar con instinto suicida –inevitable- pero supe contenerme pensando que sólo era un cuento, de esos que vos sabés que me gusta escribir. Aprendí a recordar, a repasar rememorar, retener en mi presente ese pedacito de pasado del que guardo imágenes, del que fuimos los dos actores y también espectadores, espectadores del futuro. Y caigo de bruces en silencio –siempre- caigo presa de mi misma aunque no lo quiera. Añoré lo que no pasó. Odiando con la mente cada paso del pasado, que me tendría embelesada en el futuro, que me tendría presa, cautiva, expectante, de un futuro que no existe.
Me duele porque cada vez que quiero a alguien, se me llena el alma de imposibles, y tu soledad no viene a buscarme.
Y hasta hoy sigo pensando, hasta hoy y sé que también mañana, pasado y todos los días venideros serán un solo día para mi.

Me cuesta creer que llegué a esta instancia, que otra vez soy yo la que escribo, libre de elocuencias, libre de mentiras, tan libre y tan presa…Me cuesta creer que coincidimos en la misma frase, y en el mismo libro -y en los mismos sentimientos, no sé-. Me cuesta creer que todo coincide con el momento, momento ese, como olvidarlo en que tus palabras dibujaron, formaron, determinaron mi futuro, y me obligan a estar acá, sola, vacía, escribiendo tan sinceramente como nunca antes lo hice hasta ahora, escribiendo en aras de desahogarme y de traumarme, una y otra vez.

2 comentarios sobre “una sombra de tí”

  1. Precioso texto!no te preocupes,tú desahógate,es lo mejor…yo escribo por eso!se nota que quisiste a la persona a la que va dedicada,está lleno de sentimientos muy bonitos!!no caigas en un bucle infinito,hay que seguir adelante e intentar ser feliz de nuevo.Que nadie estropee tu sonrisa!!
    Un saludo!

Deja una respuesta