Cierto día, el pintor Salvador Dalí salio de pesca. Llebava una caña doblada en forma de silla, el sedal era de seda traída de Tokio y el anzuelo, de oro puro, regalo de un magnate del petróleo. Lógicamente pescó una trucha mitad trucha y mitad rana. El artista se afanó por sacar la pieza, cuando un viejo pescador de cadqués de comentó:
-Creo amigo, que su trucha no es del todo trucha. a lo que le respondió Dalí.
¡Indudable, es una creación simbiótica qwue converge en la estructura de la rana beso y de la trucha fálica! además sé que a Gala no le gustará para los invitados.
El viejo pescador sonrió respondiéndole: es seguro que las únicas trucas reales que usted puede pescar es con el bigote.