Vida que ama.

Mundos de nombres del mañana.
Vientos surcando el cuerpo en cada alba.
Un misterio que se asoma al universo
y en mi verso
vive el sueño que acompaña.
La araña
del tiempo en el cristal que empaña.

El corazón se hace tenso
mientras se engaña
aquel que finge un beso
que desengaña.

El amor es un momento denso
primigenio que descansa
en la tarde mansa…
cuerdo
el corazón se ensancha
y en aquella latitud profunda y ancha
llega el recuerdo
entre cuerpo y alma.

Quien reclama
se dirige al total encuentro
de la calma.
En el centro
de la humilde pero noble cama
se queda soñando dentro
cuando todo es llama.

No existe el desamor
si canta el ruiseñor
y clama
el viento en la copa del sabor
a dama.

Y es que llama
el poeta soñador
en el atardecer que exclama:
¡luz de sombra en el ardor
para quien lo proclama!

15 comentarios sobre “Vida que ama.”

  1. Sabias palabras que me traen a la memoria una gran verdad acompañada de otras sabias palabras, de un bardo Inglés,del cuál tal vez nunca conozcamos su nombre:
    Ningún legado es tan rico como la honestidad.

  2. Los bardos, sean ingleses o sean del País de Nunca Jamás, nunca mienten, Lullaby. Además los bardos cuentan tantas verdades que deberían ser más apreciados en la Literatura Universal. Puedes ser un bardo hasta nacido en Badajoz y criado en Madrid que ya es decir. Porque para ser bardo o ser barda sólo necesitas tener imaginación y adornarla con la fantasía.

  3. Para Lullaby: La frase “Ningún legado es más rico que la honestidad” se le atribuye a William Shakespeare. Lo que pude pasar es que Shakespeare citó esta frase que la pudo haber inventado algún anónimo bardo inglés de la época anterior a la Edad Media.

  4. Un bardo, en la historia antigua de Europa, era la persona encargada de transmitir las historias, las leyendas y poemas de forma oral además de cantar la historia de sus pueblos en largos poemas recitativos. Quizás alguno de ellos dijo esta frase que luego se la atribuyó William Shakespeare.

  5. En el blog de Íñigo Sota, Silvia Romero dijo… “Ningún legado es tan rico como la honestidad, dijo W. Shakespeare. Vivimos sin pensar que decidir algo es una responsabilidad de carácter individual con consecuencias colectivas. Si aceptáramos que todos nos equivocamos quizá entonar un mea culpa sería más sencillo, parece que equivocarse es síntoma de debilidad pero por encima de nuestra imagen pública está la honestidad con uno mismo”.

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