Decía Charles Ferdinand Ramuz que “tal vez escribimos porque escribir es el único medio que nos queda para no hallarnos en una absoluta soledad”. Viendo todo cuanto se ve es imposible callarse… hay cosas que existen en estado bruto ante nuestro despertar cotidiano. Y las vemos y sentimos. Sentimos y experimentamos. Experimentamos y entonces no nos queda otra cosa que interpretar. Todos podemos decir lo mismo: yo no soy más que palabra, verbo, profundiad en su sentido más silvestre, más místico y más viviente. Pero todos y cada uno de nosotros y nosotras lo expresamos en plena libertad de nuestras propias interpretaciones que a veces coinciden con las de millones de seres más y a veces son simplemente tan particulares que nadie las interpreta de la misma manera.