Recurro a tus noches, vorémica bohemia, para dejar la lucha diaria de las sincronias y orquestarme de polisémicas connotaciones, envuelto en palabras de burbujas espontáneas; como una especie de sucesión innata de emociones surgidas al vaivén de las estrellas, con una natural convocación al poema de las luces… mientras la conciencia juega con sus honestas emociones. Recurro a tus noches, vorémica bohemia, para impregnarme de corazones abiertos a todos los vientos momentáneos y me aprieto al calor de tu presencia para sentirme más acompañado de siderales y asterísticas expresiones. No dudo de tu capacidad para traerme sueños inauditos y, en medio de ellos, coronado de alba, me quedo dormido en tu almohada de armiños.