Y las parejas se besan, granadas ya sus bocas, como dos claveles clavados en la metáfora amorosa. El hombre y la mujer bebiendo de sus bocas enlazadas en un laberinto soñado bajo la luna. Y la sombra de una farola encendida por sus besos de verde rama. En los árboles del parque se han grabado las palabras de mil “te quiero” luciendo como estrellas en el alma del cuerpo. Y la esperanza de enlazarse sus miradas con la atmósfera de paz.
La luna es el paisaje de sus ojos. Y la fuente del poema desbordado anega todas las vías de sus mundos enamorados de fantasía y de sueño. En el aire vuela el gorrión escribiendo en las nubes versos.
Una verdad complementa el dibujo de las letras de un pintor silencioso en cuyo cuadro ha grabado un corazón. La luna le da su sombra y el sol le da su amarillo… que locura de amor se llama este amanecer besando rocíos de sentimientos: una canción eterna como eterno y sensual beso.
Verbo a verbo los suspiros de amor se los lleva el cielo: un peregrinar existencias en el eje del espíritu silencioso de este alba… y todos los tiempos se unen en el sistema profundo de amor con amor besado como dos claveles naciendo.
En la reciente clara mañana el barrio se llena de luces. Los besos de las parejas, hombres y mujeres de fuego, encendiendo la ciudad como volcanes ardiendo. Y todo es ya una llama sin ningún final imposible. La verdad son las parejas que se besan, granadas ya sus bocas, como dos claveles clavados en la metáfora amorosa.