Sólo veo en ellas penas
cuando leo entre mis versos,
y eso me lleva a escribir
dos, sólo para tí,
que digan sólamente TE QUIERO.
Es posible que sea por las horas que son y el cansancio acumulado, también puede ser debido a un exceso de alcohol, no lo sé, pero esto que voy a escribir lo digo de corazón.
Resulta que hoy he vuelto a ver a una chica que creía haberla olvidado para siempre, ahora veo que no ha sido así como yo creía.
Deja caer ese orgullo en el olvido,
libera la emoción en sensual entrega,
y en el místico roce de la piel nueva,
hechizaré suavemente tus sentidos.
Todo esto es nada
para lo que tú te mereces:
la luna, el sol,
el mundo entero a tus pies;
mil poetas que te escriban,
o uno sólo que te quiera
como te quiero yo…
Clavas tus ojos en mi mirada
Hiriendo mi alma con su fuego
Exquisito y divino;
Lejos de tí, no soy el mismo;
Ojala sintieras lo que siento…
Amando sin ser amado,
y sabiendo que ama
a otro en mi lugar,
mi recuerdo le pertenece:
mi vida y mis sueños
me ha quitado su sonrisa
en un soplo.
Dulce destino el mío:
hacer poemas de amor
para dártelos a oscuras
sin que sepas que soy yo.
Dulce destino el mío:
morir por tí de amor;
perder en una mirada tuya…
el corazón.
Te nombro y es todo olvido salvo tú,
que te perfilas, tan perfecta
contra el fondo opaco del recuerdo.
Tú, que sólo eres invento mío,
cábala impuesta en lugares y espacios
que recreo para hablarte,
te nombro
y, tan remedo como eres,
me enamoro de nuevo al verte tan viva.
Si morir fuera caer en las espinas
de un rosal en vez de inyectármelo,
moriría con gusto con el recuerdo
de una mirada dulce
con el calor efímero de tu abrazo.
Moriría resignada en la vejez más espantosa
recogiendo apresurada los momentos
que derramaste
(Si entraran en mi bolsillo)
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