Caprichos del Destino

Vasos de aire llenos de amor.
Voces en la noche.Gritos.Confusión.
Amanecer.Anochecer.El alba.El ocaso.
Vidas que se cuelan por los hilos enmarañados del Destino.
Suspiros de soledad de corazones cansados de amar.
Tres pilares:
Suerte,razón y corazón.
Sacos rotos llenos de notas de canciones nunca escuchadas.
Oscuridad absoluta que aclara mis ideas,mis fantasías…
Sueños construidos en años,rotos en unos segundos.
Caminos de azar que no llegan a ninguna parte.
Las respuestas ante un “te quiero”.
Caracolas de mar,peces de río.
Amantes que se enamoran y se desenamoran.
Vidas que empiezan y que acaban.
¿Fue un capricho del Destino conocerte? Sigue Leyendo...

Ceerar los ojos y oler la marea

Frente al mar,
descalzos los pies, sin pelea
cerrar los ojos y oler la marea.
La vida surgiendo entre intensidades.
Manantiales de sal y algas azules.
Nubes que no existen;
húmedos los pies…
¿Hacia dónde vamos todos del revés?
Frene al mar mi barco
se va por la mar;
se llevó mi llanto
y no volverá.

Diario del Kurdistán (13)

Sucedió algo curioso cuando estábamos en la sala del hotel todos reunidos allí. Sucedió que apareció un majestuoso hindú, con un tablero de ajedrez bajo el brazo, haciéndonos saber que él había sido un aventajado discípulo del Gran Maestro ruso Mijail Tal y que retaba a una partida a quien quisiera jugar contra él. Sólo Pierre, que le dijo al hindú que era un pésimo jugador de ajedrez, ha aceptado el reto. Y comienza la partida con unos movimientos de apertura que, para mí, y confieso que sé muy poco de este juego y sólo debido a antiguas enseñanzas de mi excompañero de Banca Alfonso Ondaro, son muy poco ortodoxos y bastante desconcertantes porque, en contra de lo que dicen los entendidos, nadie se lanza a dominar el centro del tablero. Nosotros cuatro, cansados de esperar a que el hindú mueva las piezas, decidimos jugar al parchís. Sigue Leyendo...

Del teatro y la mujer-luciérnaga

Yo también adoro el teatro, Diesel, y me complace que sientas tanto cariño por él. Yo también tuve experiencias escénicas. Recuerdo, con gran agrado, cuando me tocó interpretar el papel de Popea con un grupo de amigos universitarios. Tuve un gran éxito haciendo de Popea Sabina, una de las mujeres más conocida de Roma y también de las menos recomendables. Era esposa de Othón pero tuve que envenenar la mente del loco Nerón quien, por mi culpa y la de mi compinche Tigelino, mataba a su madre Agripina, al filósofo Séneca y a su propia esposa Octavia. !Menuda tragedia!. Yo allí, en medio del escenario, despótica y ambiciosa hasta llegar a ser emperatriz y, al final de la obra, en un ataque de ira, me mata Nerón y luego, para colmo de intensidades, me hace divinizar. Sigue Leyendo...

Te quiero,gatito

“Uno no se da cuenta de lo que tiene hasta que lo pierde…”

Yo no quiero que me pase eso…no quiero perderte,te quiero,te quiero,te quiero…

No quiero saber que es lo que tenía y saber,y vivir sabiendo que no lo volveré a tener…no,no,no…
Ojalá pudiera tocarte cada día,escucharte cada hora,besarte cada minuto y quererte cada segundo…te echo de menos…

Burbuja

Sé que vivo cómoda en la burbuja donde me alegro del amor y la compañía; pero también tengo dolor del dolor ajeno cuando leo sobre las hambres que devoran a millones de humanos africanos o cuando pienso en esas mujeres siempre sometidas al tormento de la vejación. No me puedo arrepentir de vivir en mi romance donde un amoroso murmullo de besos me envuelve día a día. No me puedo arrepentir de haber nacido y sentirme feliz leyendo los poemas machadianos. Sé que soy feliz viviendo en mi burbuja pero sufro también el sufrimiento íntimo de aquellos que no poseen ese escondite donde yo juego con mis mariposas. Sigue Leyendo...

Mágica ruleta

Mágica ruleta de la vida
siempre con las fichas en el infinito
del impar o el par de las traslaciones.
Hay un tapete de verdes impaciencias
donde apostamos sueños de luz.
Despertamos.
A veces nos ocurre mirarle a los ojos
mas el croupier de la existencia se resiste
a desvelar el código de los sentimientos
y entonces volvemos a jugar con la esperanza
mientras la bolita del mundo circula
entre los zigzags de una sinfonía
que suena a noche con insomnio.