Desconozco el momento en el que el ser humano precisó de líderes. Les entregó un poder y una potestad inmensa. Poder humano y poder divino, dos acuerdos extraordinarios. Hoy reflexiono sobre los derechos humanos. ¿Tenemos necesidad de ellos? No es una pregunta sin sentido, es mi profundo temor. Los derechos se lograron, no fueron un invento que se acumuló con los siglos. Duele contemplar que los “derechos divinos” coloquen al hombre entre la espada y la pared. Duele presentir “miles de muertes” para que el equilibrio del universo proteja a unos pocos. La visión de los “dioses” no aparece por ninguna parte, porque la Fe o las Fes…son impactos de bala que impulsan a las masas hacia el genocidio. La Paz va pasando de moda. Vale más el cuidado de una mascota…La Soledad blindada entre pieles y peluquería semanal…no dan para mucho. ¿Qué derecho asiste a un joven que no cree en el futuro? ¿Qué filosofía consuela el dolor ante el derecho a una muerte digna? Todos los caminos llevan a Roma, y lamentablemente…muchos de ellos están en total mal estado.
Archivo por días: 2 marzo, 2006
Cuando el Poder niega la verdad.
El Poder es un sentimiento que utiliza el lenguaje, que informa a medias y desinforma continuamente. La verdad es un concepto que tiende a disminuir y se diluye entre controversias y suposiciones. Un ejemplo notorio de “verdad inexistente” forjó la invasión de Irak.Lo que ahora crece es una desmesurada intolerancia y el terror a una guerra civil. Para los paises invasores se trataba de aplicar la estrategia del “poder”: ññegué, vi y vencí. El verdadero deseo fue generar un foco de convulsión que fuera llegando hasta Irán, creando un pánico atómico. Todo se mueve en un tablero fínamente diseñado. El Poder no trata de conseguir un espacio u otro, ahora es todo el Planeta el verdadero objetivo. La guerra está entre nosotros, parcelada, mediatizada…La gran pandemia es el “Miedo a la muerte”, es estar desprevenidos ante la amenaza de que “se apropien de lo nuestro”. Ni siquiera una mentira es mentira del todo…Ya no podemos evaluar lo esencial de la verdad ni su opuesto.