Adios mi amor

Adios mi amor esta es mi despedida
se que no estoy en ti tus ojos ya no
no se atreven a mirarme en ellos no
me reflejo como antes , el dolor de
mi partida no cabe en mi corazon pero
ya esta desidido fue mucho mi desilucion no
soporto tu desprecio el tiempo me
borrara de tu mente pero en mi sentimiento

corazon ardiente

Mi corazón esta ardiendo
Las llamas de la pasión
Devoran al aire y al viento
Avivando las ascuas que depositadas están, en este mió corazón ardiente .

La enamoradiza sangre que fluyendo esta en mi interior
Golpeando esta , fuerte y apasionadamente las paredes de mi corazón.

Amargura, como cántico.

Cuando adivino tus pasos amargos e inciertos,
pisando la tierra,a usente de cielos protectores;
digo como poeta, que la vida nace a pesar de todo.
Y me acojo a la inconstancia de un dolor conocido,
porque está ahí, disfrada de cualquier testigo
presencial de muertes y de vidas.
Es amarga la Rosa, y su amargura forma,
y su color veneno para corazones enamorados.
Amarga la miel de las abejas tristes
que liban sin conciencia los pétalos de plástico.
Amargura la blanca veladura de un féretro de niño
que nunca sabrá cóm saben las naranjas.

Algún poema, en alguna tarde.

Se han dicho adiós las palomas dormidas
y ya nadie pasa.
Culmina el declinar de la tarde entre arreboles de luna
y tierras de nadie.
Los árboles,ajustados a su rigidez compacta, son,
y siguen siendo,
columnas que sostienen la tarde.
¡Cuánto silencio sin valor alguno!
Y el brillante anuncio de una noche eterna.
Los corazones son templos de tantas soledades
que inventan sigilosos sus propias vanidades.

Manolo Cifuentes

Se duerme el mar… se duerme mecido por los arrullosos vientos de Neptuno rodeado de miles de ninfas saladas, sílfides silentes, sirenas de amor… y en medio de la eternidad de su reposo, Manolo Cifuentes eleva su mirada imitando a lord Byron, a Walter Scott, a Víctor Hugo, a una multitud de poetas que se dedican, en el interior de su memoria acuosa y escondida, a evocar un pasado rebosado de nostalgias. Está tratando, en su costa dorada, de realizar un ejercicio de evasión para escapar de la realidad yendo contra corriente, contra la plataforma de ese patetismo resignado contra el que se rebelan los viejos paladines de la libertad ante la mediocridad ambiente. Manolo Cifuentes tiene tendencias a huir de las dulzonas inconclusiones de lo cómodo y busca el esfuerzo creador de su temperamento. Sigue Leyendo...