M. D.

Me fui de esta tierra
en busca de interminables océanos
montado sobre el sonido de una trompeta,
para encontrar en el camino
el miedo constante
y la persecución del terror.

La tristeza no invadía
respectivos días errados,
pero era fácil vestirla
con el manto bien recto
de una cama sin deshacer.

Cicatrices del alma C.9.La brisa de la libertad.

La brisa de la libertad y el fin de mi cautiverio.

En realidad debido a mi corta edad no sé exactamente los años que estuve en aquel centro de castigo para niños, si fueron dos o tres, o quizás más, ¡ pero que importaba ya! Lo importante es que mi liberación estaba ya muy cerca.

La Junta de protección de Menores de aquel albergue presionó y conminó a mi madre para poner fin a nuestra estancia allí. Este proceder por parte de la Junta fue motivado por las siguientes circunstancias: según estos señores habíamos sobrepasado el tiempo permitido allí, agravando la situación de falta de espacio que tenía el centro, ya que allí eran constantes los ingresos de niños hasta el extremo de llegar a colapsarlo y sobrepasar con creces las plazas permitidas. Sigue Leyendo...