El borracho

Ahí sigue todavía. Si llegó en algún momento, lo desconozco: ha estado siempre en la misma esquina, acurrucado contra su pecho como un papel doblado. Bebe en silencio. Mira el mostrador. Aplasta sus párpados contra el rojo de sus ojos. Está ahí, formando parte de un todo contínuo. Le llaman alguna vez, pero no se mueve. Si está vivo o no, lo desconozco. La calle lo ignora. Se ignora así mismo. Se sabe sólo en su postura plegada. Bebe sin detener el flujo de su vida. Bebe entre silencio prolongados. Bebe, de verdad, sin juegos de niñato, ni pantalones de finde. Es. Sigue Leyendo...

…Todos los finales.

Bajo la sombra de cualquier espacio,
columnas de espernza envueltas en celofanes ,
como regalos inesperados en un día de lluvia.
La ventana me asombra en su persistencia,
en ese constante ser ojo entre la casa y el mundo.
Bajo el Silencio de cualquier mañana,
el texto brota de la soledad y fluye.
Preguntar ala vida sería vano,
porque la vida es sorda a las voces que no gritan.
De mi corazón, un gesto soportable hacia el abismo,
se detiene en momento en el que se abre una flor.

Tristeza taciturna

Caminaba con la mirada en el suelo y las manos en las bolsas de su pantalón. Estaba cansado de ser quien era. Solitario y oscuro, misterioso y triste o quizá melancólico. Nadie le preguntaba nada sobre la pesadumbre que siempre lo acogía. “Hay mucho dolor en su pecho”, decían las personas entre murmullos al verlo pasar. Un hoyo sentía en su pecho, un vacío, un frío. Pocos han visto su mirada que ahora es hueca.
Simplemente no quería nada más de ésta vida, con su paso lento avanzaba todas las tardes a la hora del ocaso. Quería morir. Morir junto con el sol, partir con el día. Unirse con la soledad nocturna. Vecinos decían que taciturno, por las noches, le escuchaban llorar por las calles. La soledad y algo escondido en el, no lo dejaban dormir. Frustración. Sigue Leyendo...

Secretos de bolsillo

(Aparece el tipo. Vergonzoso, inseguro, infantil pero decidido en la mirada. En postura desconfiada se dirige al público)

Buenas noches.
Vaya, nunca me había decidido a hacer esto, quiero decir a salir aquí delante y hablar de… lo que guardo. La verdad es que se está bastante solo y aún no estoy muy seguro de seguir hablando… ¿Quizás no queráis escuchar lo que os voy a contar?, solo espero que no os riáis también.

No puedo decir que haya conocido a mucha gente con la que compartir lo mio, todo el mundo tiene ya lo suyo y a la mayoría no les interesa porque, por lo que me han dicho, es complicado y extraño, difícil de creer e incluso peligroso. A mi me gusta pensar que no pueden llegar a verlo… nunca estaré seguro. Sigue Leyendo...

Dinosaurios

Nanae pendia de un hilo y la aguja cerca ya estaba de su vena mas grande. Sin pestañear hundió la cabeza en el meollo esperando algun estimulo que situara su gozo en el punto extremo justo para no sentir dolor.
Cuanto mas aire cogia mas cerca sentia su mascara y pegada a su piel quemaba.
El agudo sentimiento penetro hasta lo profundo de su consciente rompiendo la barrera que separaba la realidad esquizofrenica de aquel mundo tecnológico. Arraigaron entonces en el cerebro miles de luces que, desde la corteza hasta las uñas, tenderían a descargar el alimento que le haria crecer. Sigue Leyendo...

¿Para qué?

Madeline ya había estado antes detenida.
Desde pequeña quien la veía ser como era, la detenía.
Decían: ¡Detente! (Con voz enérgica y autoritaria)
No debes, no puedes, no has, no vayas a…

De haber tenido razones para entenderlo
Madeline lo hubiera hecho,
pero para tenerlas primero tenia que comprenderlas.
Se decía: ¡Piensa! (Con su mente vehemente)
No lo entiendo; soy tonta, tonta, tonta…
a veces se golpeaba, otras se dejaba golpear.

KILOMETROS

¿Campanilla?
Suena el reloj tin-tan
En lo más cercano
Ese hedor fecal
Intestino de ciudad
un desierto replantado
con troncos de metal.

Kilómetros de mecanización
Kilómetros de inconsciencia
A quien os empuja con tesón
No le pidáis paciencia

TELETRAINSPORTING

“Elige la vida. Elige un empleo. Elige una carrera. Elige una familia. Elige una maldita televisión gigante, elige lavadoras, coches, equipos de música y abrelatas eléctricos. Elige salud, colesterol bajo y seguros dentales. Elige pagar hipotecas a interés fijo. Elige tu primera casa. Elige a tus amigos. Elige ropa informal y maletas a juego. Elige un traje de tres piezas en cómodas cuotas. Elige el bricolaje y pregúntate quién eres los domingos por la mañana. Elige sentarte en tu sofá mirando programas que adormecen tu mente y destruyen tu espíritu mientras llenas tu boca de comida basura. Elige la decadencia para el fin de tus días, cagándote y meándote encima en un asilo miserable, avergonzando a los egoístas y arruinados mocosos que has engendrado para que te reemplazaran. Elige un futuro. Sigue Leyendo...